Bernat Dedéu, independentista decepcionado, denuncia en El Nacional que «en la política catalana, en general, nadie se responsabiliza de nada», entendiendo aquí por «política catalana» la política independentista.
«Los dos líderes que todavía comandan la política catalana, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, son dos políticos que, objetivamente y más allá de preferencias ideológicas o incluso personales, han renunciado a cualquier concepto de responsabilidad. Son, por definición, unos seres irresponsables o, todavía diríamos hilando más fino, que creen vivir por encima de la responsabilidad.»
A Junqueras le reprocha que ahora nos venda «la moto de un nuevo referéndum», ya que si «sostiene que hay que hacer un referéndum vinculante no sólo explicita que el primero no lo fue, sino que admite que todo aquello que él mismo nos prometió sobre el 1-O (a saber, que se aplicaría aunque Cataluña fuera invadida por la Legión Otomana) fue fraudulento» y que «las leyes de transitoriedad y del referéndum que él mismo votó en el Parlament (…) no eran nada más que papel mojado».
A Puigdemont le reprocha que haya acabado «explicándose a la ciudadanía (…) haciéndole pasar por caja a través de su nuevo libro» y que afirme que «se tiene que acabar con la confusión que nosotros mismos hemos generado», «como si la confusión por la macedonia de partidos y de movimientos ciudadanos con los cuales el Molt Honorable ha conseguido marear el espacio de centroderecha catalán fuera una cosa que no tuviera nada a ver con él».
Dedéu concluye que «en la vida, en la historia y en la política hay verdades» pero «nuestros dos líderes son expertos en abrazar el mundo del simulacro». «No hay mejor forma de matar la responsabilidad (lo saben Puigdemont y Junqueras, periodista e historiador) que relativizar los hechos y borrar las objetividades de la memoria, como si todo fuera relativo.» Cabría añadir que no están solos en ese cometido, sino que encabezan una legión de acólitos, propagandistas y seguidores que han sostenido el simulacro durante años y siguen haciéndolo.
Finalmente, cree que Quim Torra es el mejor eludiendo la responsabiidad, «simplemente porque se dedica a no hacer nada».
