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El retorno a la cárcel de los líderes separatistas vuelve a poner en jaque la mesa de diálogo con el Gobierno

ERC exige amnistía y JxCat un mediador internacional mientras que el vicepresidente Pablo Iglesias mantiene la defensa de la negociación

Oriol Junqueras poco antes de regresar a Lledoners.
Oriol Junqueras poco antes de regresar a Lledoners.

Desde que el pasado mes de febrero se reuniera por primera y única vez la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat muchos han sido los momentos, más allá del COVID-19, en los que parecía que la negociación no llegaría a producirse. Sobre todo atendiendo a la postura de JxCat, que no ha dejado de torpedear una mesa que es, en realidad, producto de un acuerdo entre el PSOE y ERC para que, a cambio de la abstención de los republicanos, Pedro Sánchez lograra mantener en su poder la Presidencia del Gobierno.

ERC ha defendido la mesa a capa y espada. Pero la decisión de la Justicia de retirar el tercer grado penitenciario a los llamados «presos políticos», los líderes del procés condenados por el referéndum ilegal del 1-O, ha sido un terremoto para los separatistas. Y, obviamente, el modo de volver a poner en jaque una negociación en la que ERC aseguraba desde Cataluña que solo plantearía como cuestiones la amnistía de los condenados y la celebración de un referéndum legal.

Ha sido la Fiscalía la que ha solicitado la retirada de los permisos para Oriol Junqueras, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, entre otros. Y la juez de Lledoners la que ha aceptado la petición. Los presos han vuelto al régimen anterior, es decir, a pasar el día en prisión. Y, este miércoles, la situación se ha tensado aún más tras pedir la Fiscalía que se les retiren los permisos con los que podían abandonar la cárcel para ir a trabajar.

El lamento del gigante

«Nos tienen mucho miedo y nos quieren encerrados», dijo Junqueras vía Twitter minutos después de conocer que tenía que volver a prisión. «Nuestros compañeros y compañeras duermen otra vez en la cárcel», ha dicho este miércoles el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, «la Fiscalía se ha cargado su tercer grado. Hoy España huele a toga rancia y a izquierda cobarde». Horas antes tuiteaba: «No tenéis cárceles suficientes para este gigante, carceleros».

Y es que ha sido ERC el partido que se ha visto más golpeado por la decisión de la jueza de Lledoners. Su apoyo al Gobierno central durante el estado de alarma con la excusa de salvar la mesa de diálogo le ha valido durísimas críticas por parte del independentismo más radical, sobre todo del de JxCat. Si con las peticiones en la mesa sobre amnistías ya demostraban que no estaban dispuestos aceptar la separación de poderes del Estado de Derecho que es España, ahora tienen que afrontar el «ya te lo dije» de los de Carles Puigdemont y lo suyos.

A pesar de todo, los republicanos parecen mantener cierta esperanza. Así, al menos, se desprende de las palabras pronunciadas por el número 3 del partido y vicepresidente del Govern, Pere Aragonés, a las puertas de Lledoners: «Por acción o por omisión, el Gobierno español se ha levantado de la mesa de negociación y solo podrá volver a sentarse si se plantea una solución que pase por la amnistía de los presos».

A vueltas con el mediador

Desde JxCat han criticado duramente al Gobierno este miércoles por lo sucedido. En un comunicado de prensa, la formación ahora liderada por Puigdemont acusa al PSOE y a Unidas Podemos de no haber «mostrado ninguna voluntad política de resolver el conflicto político». Y han lamentado que la mesa de diálogo no haya servido para «frenar la deriva represora contra el conjunto del independentismo».

Pero no se puede olvidar que cada vez está más cerca la convocatoria de las elecciones autonómicas. Y la postura dialogante de ERC con el Estado se salda en las encuestas con resultados muy favorables para los republicanos. Algo que no se le escapa a JxCat. De ahí que, a pesar de todo, en el mismo comunicado no dé por rota la negociación y recupere su exigencia de un mediador internacional.

Por parte del Gobierno ha sido el vicepresidente Pablo Iglesias el único que se ha pronunciado abiertamente sobre lo sucedido. Lo ha hecho en su cuenta de Twitter con una serie de mensajes en la que, entre otras cosas, considera una «mala noticia» el retorno a prisión de los líderes separatistas. «Muchos ciudadanos en Cataluña y en el conjunto de España volverán a tener la sensación de que la justicia no siempre es igual para todos», ha añadido, «que esa sensación se abra paso es malo para nuestra democracia». Iglesias, eso sí, ha dejado claro que sigue siendo partidario del diálogo con los independentistas «aunque no comparta en absoluto su proyecto».

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