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ANÁLISIS | ¿Nos van a freír a impuestos?

Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados Foto: Europa Press

El Gobierno está preparando el Proyecto de Ley de Presupuestos para el año 2021. Con un retraso inexcusable.

Antes de la pandemia, la situación de los ingresos y gastos públicos, y del déficit y la deuda pública, era mala. El año 2019 terminó con un PIB de 1,245 billones (con un crecimiento del 2,1%), un déficit de 35.000 millones (2,8% del PIB) y una deuda pública de 1,19 billones (95,5% del PIB).

Tras la pandemia, la situación ha pasado de mala a catastrófica.

Veamos cuáles son las previsiones del Gobierno, comunicadas tras el Consejo de Ministros del pasado día 6 de octubre.

Según el Gobierno, este año 2020 arrojará una caída del PIB del 11,2% (quedará en 1,106 billones), un déficit del 11,3% del PIB (125.000 millones) y una deuda pública de un 118% del PIB (1,3 billones). Son cifras nunca vistas, espeluznantes, pero, desgraciadamente, realistas.

Es fácil entender lo que nos ha pasado pues la pandemia ha hundido la recaudación por impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social (SS), al menos tanto como la caída del PIB (lo que supone unos 50.000 millones menos). Al mismo tiempo, la pandemia ha disparado los gastos (por los ERTEs, el mayor gasto sanitario, mayores prestaciones por desempleo…) en otros 50.000 millones más. Sólo con eso ya entendemos el déficit de 125.000 millones.

¿Y qué pronostica el Gobierno para el 2021? El Gobierno es optimista. Piensa que el PIB crecerá el año que viene un 7,2%. Que bajará sustancialmente el gasto por ERTEs y sanidad. Que se mantendrán tal cual las pensiones y las retribuciones de los empleados públicos. Y que subirán los ingresos por impuestos y cotizaciones SS, no sólo por la mejora general de la actividad (ojalá), sino porque van a dar algún estacazo en el tema de los impuestos. Y en las cotizaciones SS. Con esto, el Gobierno piensa terminar el año 2021 con un déficit del 7,7%.

La madre del cordero está en qué tipo de estacazo fiscal nos piensan dar. Hay muchos rumores al respecto. Repasaremos la lista de las probables subidas que nos esperan a la vuelta de la esquina. No se puede excluir que haya alguna sorpresa de última hora (desagradable, por supuesto).

1. Impuestos sobre la renta

El estacazo más importante aquí está en la reducción sustancial por aportación a planes de pensiones. Hasta ahora, podía reducirse en base imponible un máximo de 8.000 euros anuales. El Gobierno piensa que sólo los más ricos se benefician a tope de esta deducción y piensa reducir el importe de los 8.000 euros. ¿Lo dejarán en unos 3.000? Esto es un palo para la clase media y un misil directo en la construcción (imprescindible) de pensiones complementarias.

El segundo estacazo apunta a las rentas altas. Se incrementará en dos puntos el tipo de gravamen de la escala estatal para el tramo de renta por encima de 130.000 euros (que pasará a tributar al 24,5% en lugar del 22,5%). Y se incrementará en 4 puntos para el exceso sobre 300.000 euros (que pasará al 26,5% en lugar del 22,5%).

«El Gobierno piensa que sólo los más ricos se benefician a tope de esta deducción y piensa reducir el importe de los 8.000 euros.»

Hay que decir que la escala estatal es la mitad del IRPF. La otra mitad es la escala autonómica. Cada Comunidad hace lo que cree conveniente. Cataluña ya ha dado su estacazo en este tema: por la Ley 5/2020 de 29 de abril, el tramo entre 90 y 120.000 euros tributa al 23,5% (dos puntos más); el tramo entre 120.000 y 175.000 tributa al 24,5% (1 punto más); y el exceso sobre 175.000 tributa al 25,5% (igual). De esta forma, el tipo marginal máximo en Cataluña será el 26,5 del Estado + 25,5 de la Generalitat = 52%. Demasiado.

También piensan subir en 4 puntos el tipo de gravamen de la base del ahorro para la parte de renta que supere los 140.000 euros. Así, los primeros 6.000 euros van al 19%; entre 6.000 y 50.000 al 21%; entre 50.000 y 140.000 al 23%; y por encima de 140.000 irán al 27%. Aquí no hay un tipo autonómico.

2. Impuestos sobre el patrimonio y sobre sucesiones

Lo primero (y lo único) que hay que decir del Impuesto sobre el Patrimonio es que debe suprimirse. Consagra doble imposición y desincentiva el ahorro. Por eso no existe prácticamente en ningún país. España es uno de los raros países que mantiene esta antigualla.

En una línea totalmente contraria, Unidas Podemos patrocina un Impuesto sobre las Grandes Fortunas que según dicen recaudaría 11.000 millones. Saben que es imposible. Y el Gobierno tampoco va a ir por ahí. Es probable que se limiten a aumentar un punto (hasta el 3,5%) el tipo aplicable a los patrimonios superiores a 10,7 millones. Resulta difícil entender los tipos de este Impuesto cuando el bono del Estado a 10 años paga el 0,17%.

«Hay que decir que el estacazo que han recibido los catalanes en este año 2020 en el Impuesto de Sucesiones es histórico

Es probable que hagan algo para armonizar este Impuesto. No resisten que en Madrid no se pague nada. Lo mismo puede ocurrir con el Impuesto sobre Sucesiones. Tampoco resisten que en Madrid no se pague casi nada (en las herencias de padres a hijos y entre cónyuges).

La verdad es que los partidarios de la armonización fiscal en estos Impuestos (que, además, dan una recaudación poco relevante) son enemigos acérrimos del Estado de las Autonomías. No queremos ni pensar en su espíritu federal. Tampoco quieren entender que las diferencias entre Comunidades por estos temas pueden corregirse al repartir los Fondos de re-equilibrio. Este es un tema a resolver en la nueva financiación autonómica.

Hay que decir que el estacazo que han recibido los catalanes en este año 2020 en el Impuesto de Sucesiones es histórico. La cuota a pagar por las herencias de los fallecidos a partir de 1 de mayo de 2020 se multiplica por siete. Así resulta de la ley catalana 5/2020, de 29 de abril (aprobada asombrosamente en los momentos de mayor número de muertos por la pandemia).

3. Impuestos sobre sociedades

Es probable que, para las grandes Corporaciones, establezcan un tipo mínimo del 15% sobre base imponible. Sería un 18% para Bancos y petroleras.

También es probable que reduzcan la exención del 100% que existe actualmente sobre dividendos extranjeros, dejándola en un 95%.

4. Impuestos sobre el valor añadido

Están pensando en suprimir la exención que existe en la sanidad y educación prestadas por entidades privadas. En otro artículo hemos comentado las graves tropiezos que eso supone frente a la Directiva europea.

«Están pensando en suprimir la exención que existe en la sanidad y educación prestadas por entidades privadas«

También están pensando en sacar algunos productos del tipo del 4% o del 10% para hacerlos tributar a tipos superiores.

5. Impuestos especiales

Están pensando en equiparar la fiscalidad del gasóleo tipo A (de uso general, no bonificado) que tributa a 43 céntimos por litro, con la fiscalidad de la gasolina, que tributa a 52 céntimos.

6. Tasa Tobin y Tasa Google

Se han aprobado en el Congreso las leyes de estos impuestos, y entrarán en vigor el 1 de enero. Es incomprensible. Su recaudación es muy poco relevante (prevén 850 millones para la Tasa Tobin y 968 para la Tasa Google) y son contraproducentes. En el deprimente estado actual de la Bolsa española, no se le ocurre a nadie establecer un impuesto sobre la compra de acciones de grandes sociedades españolas. Tendría que ser al revés. Tampoco se le ocurre a nadie imponer la Tasa Google sin un acuerdo europeo que nos blinde frente a las represalias norteamericanas.

7. Base máxima de cotización en el Régimen General SS

Actualmente, la base máxima de cotización a la SS está topada en 48.840 euros anuales. Por muy superior que sea el sueldo de un empleado, se cotiza por los citados 48.840 euros. Es probable que aumenten dicha base máxima, para conseguir mayores cotizaciones por los empleados mejor pagados. Claro que esto se haría sin subir el importe de la pensión máxima, que está en 37.567 euros anuales. Se trata de un impuesto más sobre las nóminas altas.

8. Cotización de los autónomos

Están dándole vueltas a la cotización de los trabajadores autónomos. Actualmente, los autónomos escogen la base por la que quieren cotizar, y la mayoría de ellos escogen la base mínima (944 euros al mes) y pagan una cuota del 31%.

«El Gobierno está pensando en hacer cotizar a los autónomos sobre sus rendimientos reales, utilizando las declaraciones de IRPF.»

El Gobierno está pensando en hacer cotizar a los autónomos sobre sus rendimientos reales, utilizando las declaraciones de IRPF. Piensan que así aumentarán la recaudación y a costa de los que más ganan. En mi opinión, esto es un campo de minas.

9. Conclusiones

En el escenario más optimista, y si todas estas reformas funcionasen como desea el Gobierno, la recaudación aumentaría en unos 10.000 millones de euros.

No es gran cosa y, además, no va a ser así. La única reforma con fundamento es la de la equiparación del gasóleo con la gasolina. Todas las demás son un conjunto de parches mal puestos que: o van a dar muy poco dinero (así, las reformas en IRPF o Sociedades), o van a generar una gran litigiosidad (como la supresión de las exenciones en el IVA) o van a tener efectos muy contraproducentes (como la Tasa Tobin y la Tasa Google).

Sería mucho mejor no hacer ninguna reforma fiscal ahora y esperar a que salgamos de la pandemia. Todo el tejido productivo lo agradecería.

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Jesús Santidrian
Jesús Santidrian
Inspector de hacienda jubilado

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