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Colau se vuelve modosita y dice que «erosionar al Gobierno por la crisis sanitaria es inmoral»

La alcaldesa no rechaza un tercer mandato al frente del Consistorio, a pesar de que se comprometió a solo dos legislaturas

La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, junto al exlíder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, en una imagen de archivo.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha mostrado este domingo su cara más amable en una entrevista con el El País en la que no ha dudado en recurrir al victimismo, como suele ser habitual en ella: «A veces es duro, pesa, que por ser mujer y de origen humilde algunos adversarios se han permitido licencias que no se permitirían con otros».

La primera edil de la capital catalana critica en la entrevista «la radicalización de la derecha» y se pone a ella misma como ejemplo de lo que cree que debe ser la colaboración institucional al hablar de su relación con la Generalitat.

Colau niega ahora haber sido «anti turistas» y pide ayudas para la restauración tras el parón de 15 días decretado por el Govern para hacer frente a la pandemia del COVID-19. La alcaldesa olvida mencionar que el de la restauración es uno de los sectores más afectados por su trabajo al frente del Consistorio. Un sector al que ha intentado frenar con duras políticas fiscales o impidiendo su desarrollo con medidas como la prohibición de las terrazas en determinadas zonas de la ciudad.

En la entrevista, la alcaldesa también habla sobre la nueva reordenación de las calles de Barcelona y asegura que responde al concepto de «movilidad sostenible». Y, aunque admite que no le gustan las vallas New Jersey, justifica su uso apelando a que eran las únicas disponibles y las más seguras.

A pocos habrá sorprendido leer a Colau expresando que no descarta un tercer mandato al frente del Ayuntamiento de Barcelona. Pero es que muchos no deben recordar que su compromiso fue estar solo dos. El COVID-19 y los atentados terroristas son los protagonistas de una época excepcional que le permiten justificar este cambio de criterio. Finalmente, no ha podido dejar de referirse a Manuel Valls, cuyo voto le permitió renovar como alcaldesa, aunque «no era el deseado».

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