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Lugar de Cataluña en España, y de la economía catalana en la economía española

El Reino de Aragón, y lugares de éste, como el condado de Barcelona y otros de Cataluña y del resto del Reino, como Valencia, Baleares y Aragón, son parte constitutiva de España. Formaron Hispania, ya siglos antes de los Reyes Católicos. España es una de las naciones europeas antes integrada y con fronteras más estables. (Como señala Henry Kamen (2015), España y Cataluña. Historia de una pasión, Madrid, La Esfera.)

Ser parte de España es, pues, lo consuetudinario para Cataluña. Al estilo de Dolça Catalunya, podemos decir: ¡Cataluña es España como un pino es un árbol! Ser parte de España es igualmente lo consuetudinario para las demás regiones de la España actual, ninguna de las cuales fue colonizada por España. Ser parte de España supone un gran beneficio para la Cataluña actual, como se ve al analizar el impacto económico de la actual confrontación separatista y las consecuencias económicas de una hipotética secesión. 

Como ahora, también en el pasado ser parte de España supuso un gran beneficio, especialmente a medida que la producción mercantil se fue abriendo camino. En particular, eso ocurrió tras los Decretos de Nueva Planta dados por Felipe V entre 1707 y 1716. En su virtud algunas condiciones económicas se uniformaron en toda España. (Ver Gabriel Tortella, José Luis García Ruiz, Clara Eugenia Núñez y Gloria Quiroga (2016), Cataluña en España. Historia y mito, Madrid, Gadir Editorial; y Jesús Laínz (2017), El privilegio catalán. 300 años de negocio de la burguesía catalana, Madrid, Encuentro.)

Desde entonces, Cataluña fue el principal foco de la industrialización de España, junto a otros puertos y enclaves como Bilbao, Asturias y Málaga. (Jordi Nadal (1984), El fracaso de la revolución industrial en España, 1814-1913, Barcelona,Ariel.)

Como ahora, también en el pasado ser parte de España supuso un gran beneficio, especialmente a medida que la producción mercantil se fue abriendo camino

Los tres polos del imperio español, Europa, España y América, son los escenarios de la leyenda negra de los enemigos de España. Los Austrias o Habsburgo y los Borbones, emperadores y reyes de España, tuvieron un lugar clave en la acción en Europa. Con la Guerra de Sucesión la posición de España en Europa cambió. También cambió, pues, el relato propagandístico e historiográfico extranjero sobre España que pasó a centrarse en su desarrollo en América y en su desarrollo interno.

Del análisis de la colonización americana (John H. Elliott (2006), Imperios del mundo atlántico: España y Gran Bretaña en América (1492-1830), Madrid, Taurus) se deducen los rasgos de la tarea de España en América. La protección de indios, el derecho de Indias o el mestizaje, España lo hizo. En cambio, España no fue capaz de afirmar la realidad de su tarea en América. 

Luego, en el siglo XIX las guerras de independencia y la desintegración del imperio, así como, en la península, las guerras carlistas -guerras civiles, comunes también en otras naciones europeas- complicaron el desarrollo de España. (Jaume Vicens Vives (1965), Historia económica de España, Barcelona, Editorial Vicens-Vives, 1987.) 

El relato sobre España se ensombreció. (Sobre el ser de la catalanidad y su relación con la tradición, la modernidad y España, véase Francisco Canals Vidal (2006), Catalanismo y Tradición catalana, Barcelona, Scire; Josep Alsina i Calvés (2014), Les arrels de Catalunya. Introducció al catalanisme hispànic, Torredembarra, Fides; Enric Ucelay-Da Cal (2003), El imperialismo catalán. Prat de la Riba, Cambó, D’Ors y la conquista moral de España, Barcelona, Edhasa; Javier Barraycoa (2013), Cataluña hispana, Barcelona, Libros Libres; y Josep Ramon Bosch (2020), Cataluña, la ruta falsa: El problema catalán: cómo solucionarlo y no sólo conllevarlo, Barcelona, Deusto.)

El desafío separatista creció en esta etapa de relativa debilidad de España, se infló durante la crisis 2007-2010

Como actualización de la leyenda negra, tras el 98 vino la llamada anomalía española, en particular a la vista de:

  • El establecimiento de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (capitán general de Cataluña, dio su golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923 y permaneció como presidente del gobierno hasta su dimisión el 28 de enero de 1930)
  • El fracaso de la II República. (Agustí Calvet a. Gaziel (Varios años), Tot s’ha perdut. El catalanisme polític entre 1922 i 1934, Barcelona, RBA.) A pesar de las diferencias histórico-sociales que impiden aseverar que la historia se repita, la abulia de los gobiernos de España ante el desafío separatista se ha dado contemporámente y se dio en la II República, cuyos breves gobiernos obviaron asímismo la gravedad de cuanto ocurría en Barcelona. (Alejandro Nieto (2014), La rebelión militar de la Generalidad de Cataluña contra la República. Los sucesos de octubre de 1934 en Barcelona, Madrid, Marcial Pons.) También el extremismo de la Generalitat de hoy ‘recuerda’ el extremisno de la Generalitat republicana.
  • La guerra civil 1936-1939 y la dictadura franquista 1939-1975. 

Superados estos momentos, la hazaña de la España democrática y descentralizada eclipsó la leyenda negra. Para la historiografía y para el relato socio-político, España pasó a ser un país admirado por su historia y por su desarrollo presente. Si acaso, el primer resquebrajamiento vino tras los atentados del 11 de marzo de 2004. 

El desafío separatista creció en esta etapa de relativa debilidad de España, se infló durante la crisis 2007-2010 y en su relato utilizó a mansalva la leyenda negra contra España, contra la democracia, el Estado de derecho y la integridad de la nación, tanto en el frente interior catalán y español como en el frente internacional. 

Para concluir sobre la dinámica de la posición relativa de Cataluña en el conjunto de España, consideraremos tres aspectos clave que la puedan sintetizar cabalmente: la población, el PIB y el PIB per cápita.

En demografía y PIB, el siglo XIX supuso un despegue para Cataluña, consolidado y mejorado en la segunda mitad del siglo XX

En la Figura 1 se dibuja la proporción que los catalanes representan sobre los españoles. Desde el temprano censo español del Conde de Floridablanca (1787) hasta hoy la proporción de Cataluña ha pasado del 7,8 % al 16,3 %. En la segunda mitad del siglo XIX la población catalana estuvo entorno al 11% y a partir de 1950 asciende hasta 1980, y luego de nuevo en los años 2000, con población extranjera, hasta el 16,3 % de los residentes en Cataluña.

Si desglosamos los datos de población de Cataluña entre la provincia de Barcelona y el resto de provincias, se aprecia cómo éstas pasan de representar el 4,4 % de la población española (56,4 % de catalana) al 4,3 % español (y al 26,4 % catalán). Por tanto, el auge relativo de ls población de Cataluña se debe a la provincia de Barcelona.

Por otra parte, en la Figura1 también observaremos la dinámica de la provincia y comunidad de Madrid: pasa del 2,8 % en 1787 al 14,1 % de 2020, en un modo sostenido. Los perfiles de crecimiento de las provincias de Barcelona y de Madrid son paralelos, salvo desde las últimas décadas del siglo XX, cuando Madrid se dispara y Barcelona se estanca. 

En materia de PIB la Figura 2 traza el perfil de su dinámica desde principios del siglo XIX, considerado como proporción del total de España. Si en 1802 el PIB catalán era el 8,3 % del español, en 1849 sería el 14,7 % y llegaría al 21,4 % en 1930. Luego se reduce al 18,3% y roza el 20% a fines de los años 1970, y en 2020 fue el 19,0 %. 

Hoy, sobre el conjunto de España, Cataluña representa proporicones entre el 6 % de la población y el 22 % de ka industria

El perfil de la dinámica histórica del PIB de la comunidad de Madrid es ligeramente diferente. Si en 1802 el PIB madrileño fue el 2,7% del total español, llegó a 11,6 % en 1849 y cayó al 7,0 % en 1930. En 1955 se hallaba en el 14,7 %. Esta proporción ascendió sostenidamente y alcanzó el 19,3% en 2020. En 2018 la contribución de Madrid al PIB de España superó a la de Cataluña. Éste es el llamado sorpasso

En la que hace al nivel de vida, representado por el PIB per cápita (en Índice España = 1000), la Figura 3 ilustra sobre el proceso de convergencia del resto de España con relación a las zonas tradicionalmente más prósperas. Así el PIB per cápita de Cataluña, que en 1930 era 1,6 veces la media de España, se reduce hasta 113 en 1980 (crisis industrial), llega a 124 en 2000 y fue de 118 en 2019.

Por su parte, Madrid participa de esta misma tendencia a la convergencia entre zonas de España, de modo que su PIB per capita 203 en 1930, relativamente, se reduce a 124 en 1980, y a 137 en 2015.

El período de florecimiento de Cataluña, cuando la población y el PIB pasaron de representar el 7-9% del total a representar el 17-20%

Durante siglo y medio, pues, España estuvo resguardada de la competencia extranjera por aranceles proteccionistas. Toda España fue para las producciones nacionales, catalanas en su mayor medida. Y toda Cataluña -como las demás regiones- fue para los productores españoles. El avance de Cataluña y su reputación española e internacional se labraron en este período. 

Desde 1959 el conjunto de España se industrializó, y luego se terciarizó. El peso económico de Cataluña disminuyó relativamente. Las crisis de 1975-1985 y de 2007-2013 fueron hondas en Cataluña y la reestructuración económica fue notable. De este modo, se ha dicho que la crisis 2007-2013 y la emergencia del separatismo catalán tienen relación.

La Figura 4 sintetiza el nivel alcanzado por Cataluña en varios indicadores. En proporción del total de España, la población catalana es el 16%, el PIB 19 %, la industria 21 %, las exportaciones el 26 %, los depósitos bancarios el 15%, la inversión extranjera el 5,5 %, la inversión pública el 13 % y la deuda autonómica el 26,6%. Finalmente, el PIB per capita alcanza un índice 119, frente a Madrid 135 y la media de España 1000.

Conclusión

  • El período de mayor esplendor relativo de Cataluña y de su economía vino tras los Decretos de Nueva Planta que abrieron a las manufacturas catalanas el mercado de toda España. Este mercado se mantendrá resguardado del exterior con prohibiciones y aranceles proteccionistas hasta 1959.
  • La histórica leyenda negra de los enemigos de España nutre el relato de los separatistas catalanes.
  • En demografía y PIB, el siglo XIX supuso un despegue para Cataluña, consolidado y mejorado en la segunda mitad del siglo XX.
  • Hoy, sobre el conjunto de España, Cataluña representa proporciones entre el 6 % de la población y el 22% de la industria.

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