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El Governet de los juegos del hambre

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en rueda de prensa telemática Foto: Europa Press

A bombo y platillo anunció el Governet del republicano Pere Aragonés (el Govern normal, el que nos gustaría, es otra cosa) que destinaría 20 millones de euros a ayudar a los autónomos a afrontar la desastrosa crisis causada por la gestión de la pandemia del COVID-19. El Governet sacó pecho con esta convocatoria pues doblaba a la que ya se había ejecutado meses atrás bajo la titularidad del ex presidente Quim Torra. Y es que en ERC andan locos por demostrar que ellos sí que saben gestionar. Han tenido años para lograr el calificativo de eficientes pero lo han dejado pasar y, ahora, les corre prisa, pues el 14 de febrero no está tan lejos como pudiera pensarse y las urnas, después de tantos muertos, tantos contagiados y tanta ruina, pueden ser más realistas que en otras convocatorias.

ERC tiene el hándicap de la terrible gestión de la pandemia desde Salud y Trabajo, con los incalificables Alba Vergés y Chakir el Homrani al frente. Y nada mejor que el dinero para aletargar a los ciudadanos. Disparar con la pólvora del rey es algo muy propio de la progresía española. Y ERC no deja de ser eso, progresía y española. El problema no es otorgar ayudas, que ahora mismo son imprescindibles. El problema es la fórmula escogida por ERC para hacerlo, que solo puede calificarse de gratuitamente humillante. Nada de tener que demostrar que realmente se necesita ese dinero, no. Se trata de tener la conexión a internet más rápida y de encomendarse a San Isidoro (patrón de la red) para lograr acceder al formulario de petición antes que los demás.

Se trata de tener la conexión más rápida y de encomendarse a San Isidoro para lograr acceder al formulario de petición antes que los demás.

En tan solo 40 minutos, se recibieron nada menos que 300.000 peticiones. Y, claro, el servidor petó. Se tramitaron menos de 5.000 pero el Governet anunció que ya se había acabado el dinero. What the fuck? Y como que en Palau no saben asumir responsabilidades, rápidamente buscaron culpables de lo sucedido. El conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, ex troll de Twitter y aspirante en su día a número 1 de la lista de JxCat, acusó a los de ERC de no haberle hecho caso porque él ya les había avisado de que el servidor petaría. Y los de ERC respondieron que nadie les había dicho nada y que todo era culpa de España. Con estos mimbres y el COVID-19, lo difícil es aspirar siquiera a llegar a la nueva normalidad.

Tenemos, pues, un Governet que intenta personificar en los autónomos los juegos del hambre mientras anuncia que colocará unos cuantos satélites en el espacio. Un Governet que exige al Gobierno central 30.000 millones de euros para afrontar la crisis del COVID-19 pero que, a la hora de repartir 20 millones, se comporta como un vulgar putero tirando billetes a las prostitutas para reírse de cómo se pelean entre ellas por la pasta. Un Governet, en definitiva, de pandereta que con el procés nos ha llevado a un callejón sin salida y, con la pandemia, parece empeñado en que a Cataluña, parafraseando a Guerra, no la conozca ni la madre que la parió. Quizás en eso consista la independencia.

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