Los partidos independentistas JxCat y ERC siguen con sus recriminaciones mutuas. Esta vez, a costa del preacuerdo alcanzado por ERC con el Ejecutivo de Sánchez que incluye el fin del control financiero del Estado sobre Cataluña a cambio de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La portavoz de JxCat en el Congreso, Laura Borràs, ha criticado el preacuerdo porque, a su juicio, se han negociado prerrogativas que ya eran de los catalanes en el pasado.
«No es devolviéndonos lo que ya era nuestro que se negocia y se consigue nada para Cataluña», ha sostenido en un comunicado. Para Borràs, negociar «para conseguir lo que ya era de los catalanes demuestra esta condición de rebajas continuas por parte del Gobierno y que no se pone atención en las necesidades verdaderas» que deberían abordar los PGE.
Con este pacto se pondrá fin a lo que han calificado como «155 financiero», un control impuesto por Montoro en 2015, previo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, para revisar los gastos aprobados por los departamentos de la Generalitat para evitar desvíos a fines independentistas.
«Ningún avance»
En el mismo sentido se ha pronunciado en rueda de prensa el presidente de JxCat en el Parlament, Albert Batet, que cree que «la crisis por la pandemia debe hacer que seamos más exigentes que nunca. Que nos devuelvan lo que ya teníamos no es ningún avance«, ha aseverado Batet, tras reivindicar que el compromiso de JxCat es de máxima exigencia con Cataluña.
«El PSOE conoce nuestra posición, y por ello ha rechazado toda oferta de negociación con JxCat», ha añadido. Según Batet, un eventual preacuerdo de JxCat con el Gobierno sobre los PGE debería incluir «una reducción del déficit fiscal, inversiones equivalente al PIB de Cataluña, mecanismos para garantizar el cumplimiento de estas inversiones y financiación, y el pago de la deuda generado por la Ley de Dependencia, la infrafinanciación sanitaria y la Disposición Adicional Tercera del Estatut».
