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AEB, Impulso Ciudadano, Asociación por la Tolerancia y Hablamos Español se suman a la manifestación en defensa del castellano

Entidades progresistas y constitucionalistas han convocado una concentración frente a la Delegación del Gobierno contra la exclusión del castellano

Manifestación en contra de la 'ley Celaá'.

Que exclusión del castellano como lengua vehicular en nueva ley de educación haya sido pactada por una Gobierno autodenominado de izquierdas como el del PSOE y Unidas Podemos no significa que toda la izquierda valide tan polémica medida. Sin ir más lejos, distintos partidos y asociaciones de izquierda se concentrarán mañana miércoles 2 de diciembre a las 19h ante la Delegación del Gobierno en Barcelona (Calle Mallorca/Lauria) para protestar por la marginación del español en la educación. Entre las entidades convocantes se cuentan DCIDE, Asec, Convivencia Cívica Catalana, Somos izquierda, Alternativa Ciudadana Progresista, Líneas Rojas, Unidos Sí, Partido Feminista de España, Izquierda en Positivo y Manifiesto de los 2.300. A última hora de ayer, se supo que otras asociaciones constitucionalistas como Impulso Ciudadano, Asociación por la Tolerancia, Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) y Hablamos Español se han sumado y apoyan la manifestación.

Por su parte, Sociedad Civil Catalana decidió ayer tras una intensa reunión no participar en la concentración pese a que inicialmente habían confirmado su asistencia debido a un error en la votación. En cualquier caso, la entidad tiene previsto reunirse para preparar otra movilización que centre su mensaje en la defensa del castellano y no en críticas a la ley Celaá.

Los motivos de la manifestación se hallan recogidos en un manifiesto que lleva por titulo La izquierda no nacionalista contra la ‘ley Celaá’, en defensa de los derechos lingüísticos y constitucionales de todos los españoles. En el texto, los firmantes, que se sitúan en la «izquierda constitucional y no nacionalista», denuncian que la izquierda oficial —representada por el PSOE, Podemos y el nacionalismo de izquierda— ha «desvirtuado y pervertido el lenguaje y los principios básicos del pensamiento de la izquierda, confundiendo a muchos ciudadanos, calificando de derecha y ultraderecha a quienes no apoyan su deriva reaccionaria, disgregadora y anticonstitucional». Ellos, sin embargo, esgrimen en el documento las razones que, desde la izquierda, les llevan a oponerse a ley Celaá.

Una ley que «desprecia, margina y discrimina» a los castellanohablantes

Según los convocantes, la nueva norma «elimina el uso y la enseñanza de la lengua española» y  «desprecia, margina y discrimina a una gran mayoría de alumnos que tienen el español como su lengua habitual, propia y materna, lo que dificulta su desarrollo personal, su aprendizaje y la adquisición de conocimientos y habilidades, favoreciendo el retraso y el fracaso escolar». Esta situación, recuerdan, afecta sobre todo a los «alumnos pertenecientes a las capas populares, que no tienen medios económicos para suplir esta dificultad añadida a su aprendizaje».

Por otro lado, el manifiesto señala que la supresión del castellano de la ley no obedece a motivos pedagógicos sino ideológicos. «El objetivo no disimulado de esta eliminación de la vida pública y privada del español no es otro que el favorecer el apoyo al separatismo independentista, adoctrinando en el odio y el rechazo de todo lo que se refiera a España y a lo español», sostienen los firmantes. A este respecto, se muestran especialmente preocupados por que la norma elimina «la Alta Inspección Nacional y la exigencia de oposición para acceder al cuerpo de inspectores, que serán elegidos a dedo».

Esto, alertan, deja en manos de las comunidades autonómas el control de los contenidos, lo que es aprovechado por el separatismo para promover su proyecto allá donde gobiernan. «La experiencia empírica de estos últimos cuarenta años son prueba irrefutable de esta mala fe y su disposición a convertirnos en extranjeros en nuestro propio país», alertan.

La excelencia como verdadero ascensor social

Por último, y al margen del asunto lingüístico, advierten de que la nueva ley no se ocupa de «mejorar el sistema educativo», ni «recuperar el esfuerzo» o el «respeto a la autoridad académica». «No hemos de olvidar que el único ascensor social de las clases más desfavorecidas es precisamente la aspiración a la excelencia y no a la igualdad por debajo», concluyen.

Óscar Benítez
Óscar Benítez
Periodista de El Liberal. Antes, fui redactor de Crónica Global y La Razón; y guionista de El Intermedio.

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