A estas alturas de la pandemia del COVID-19 muchos ciudadanos no saben ya con qué carta quedarse y observan atónitos cómo los otrora santones sanitarios intentan condicionar la acción de los políticos utilizando el virus como excusa. Es el caso del médico Oriol Mitjà, que ha pasado de ser la voz de la ciencia en Cataluña a intentar por todos los medios hundir a ERC utilizando la gestión que ha llevado a cabo desde Salud y Asuntos Sociales. Tanto es así que, en una charla en Instagram con la posconvergente Meritxell Budó, ha llegado a señalar a esta, actual portavoz de la Generalitat y farmacéutica, como buena sustituta de la titular de Salud, la republicana Alba Vergés.
Lo cierto es que, mientras Mitjà fue el asesor estrella del ex presidente Quim Torra, nada dijo sobre cómo se estaba afrontando la crisis del COVID-19 desde los departamentos de Salud y Asuntos Sociales. Muchos tenían claro que trabajaba únicamente para Torra. Algo que sorprendía considerando la gravedad de la situación que atravesaba Cataluña por culpa de la pandemia. Pero que también evidenciaba que la guerra entre JxCat y ERC se jugaba, incluso, a costa de las vidas, la salud y el bolsillo de los catalanes.
En algún momento del pasado verano y antes de que Torra fuera definitivamente inhabilitado, Mitjà cayó en desgracia. Los medios ya no se ocupaban de él y en su cuenta de Twitter se limitaba a publicar mensajes relacionados con la investigación de todo lo que concierne al trágico COVID-19. Fue ya en otoño cuando el médico del hospital de Can Ruti volvió a salir a la palestra y lo hizo atacando frontalmente a ERC. En un programa de TV3, insinuó que tanto Vergés como el conseller de Asuntos Sociales, Chakir el Homrani, eran unos incompetentes. Además, culpó a la republicana de no haber adoptado medidas como las que tomó la Comunidad de Madrid y que dieron buen resultado. Medidas que él mismo había plasmado sobre papel en el decálogo que preparó a finales de abril, junto a otros expertos, para afrontar al desescalada.
ERC, la derecha neoliberal
Ahora Mitjà muestra ya sin ningún complejo su absoluto rechazo al partido liderado por Oriol Junqueras y su simpatía por el JxCat de Carles Puigdemont y Laura Borràs. Critica el doctor que ERC haya colocado a Vergés y El Homrani entre los 10 primeros puestos de la candidatura para las autonómicas del 14-F y acusa a los republicanos de haber aplicado «medidas de derechas neoliberales con el retraso de confinamientos y evitando el uso de nuevas tecnologías para la detección de casos». A juicio del médico, Salud y Asuntos Sociales han aplicado contra la pandemia las medidas que «tienen un coste inmediato más bajo para la Generalitat». «La renuncia continuada a aplicar medidas anti-COVID intensivas es grave», añade, «y la decisión de externalizar por 17 millones a Ferrovial es indecente«.
En un hilo de mensajes publicado en la misma red social, Mitjà admite que no tiene «la misma ideología» que Meritxell Budó, pero que sería una buena consellera de Salud. Afirma que, al ser farmacéutica, «entiende la problemática y la terminología científica«. Añade que «ha sido muy activa contra el COVID-19» y destaca que «siempre ha hablado de cara».
Graves acusaciones contra Vergés
Por el contrario, sin referirse directamente a Vergés y a través de una serie de preguntas, Mitjà lanza graves acusaciones contra la actual responsable del departamento. Así, asegura que «la escasez de recursos tuvo como resultado muertes excesivas en las residencias». Se pregunta por qué Salud «fue tan conservador y no fue ambicioso para salvar vidas«. En este punto, sí da un toque de atención a JxCat, al cuestionar «por qué el partido en coalición no apretó más a Salud«. Y arremete una vez más contra Vergés al cuestionar «por qué hemos fracasado en el rastreo de contactos».
En algunos medios, Oriol Mitjà se presenta estos días como un médico de izquierdas. Cuesta entender que, siendo así, apoye tan abiertamente a JxCat y más aún que obvie el papel jugado por el partido de Puigdemont en la gestión de la primera ola de la pandemia del COVID-19 en Cataluña. Sin restar responsabilidad a ERC, la realidad es que Mitjà bien podría haber dado la voz de alarma sobre lo que estaba sucediendo en Salud y Asuntos Sociales en aquellos momentos. Sobre todo cuando los muertos se contaban a diario por decenas y los catalanes, al igual que el resto de los españoles, contemplaban con desasosiego cómo un desconocido virus había puesto sus vidas patas arriba. No lo hizo y hoy su actitud contra ERC y su encendida defensa de JxCat resultan difíciles de explicar salvo que piense obtener a cambio algún tipo de compensación. Habrá que esperar al 14 de febrero para saber cuál es el verdadero interés de un médico que poco antes de que la OMS declarara la pandemia aseguraba sin dudas que el coronavirus apenas tenía riesgo y que se estaba convirtiendo en una «enfermedad psicológica».
