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ENTREVISTA / Ismael Peña López: «Tengo familiares que van a estar en mesas electorales y no temo por ellos»

Responsable de Procesos Electorales en la Generalitat, tiene como objetivo que los ciudadanos confíen en el sistema el día 14

Ismael Peña López, director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales de la Generalitat.

Organizar unas elecciones autonómicas en una comunidad como la catalana no es tarea fácil. Hacerlo en plena pandemia de COVID-19 se convierte en un trabajo mucho más complicado y, sobre todo, estresante. La situación epidemiológica obliga a adoptar medidas de seguridad nuevas en este tipo de procesos. Si a esto se suman la intervención judicial para decidir si se aplazan o no los comicios o las opiniones de unos y otros expertos, el agobio está más que garantizado. En Cataluña, todo el proceso está en manos de Ismael Peña López (Mataró, 1973), director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales de la Generalitat. Experto en el impacto de las TIC en la sociedad, la educación y la política, Peña López tiene hoy como principal responsabilidad lograr que los ciudadanos confíen en el sistema de seguridad implantado para que las elecciones del día 14 no se conviertan en un foco de contagios del COVID-19. Entiende el temor de, por ejemplo, los miembros de las mesas electorales pero también tiene claro que algunas quejas no tienen ninguna base.

Me imagino que tiene que ser muy estresante organizar unas elecciones en estas circunstancias. ¿Se había planteado usted alguna vez verse en una de estas? 

¡Muy estresante! Y no, no había pensado antes verme en algo así. Con la excepción de la paternidad, que es la aventura más grande de la vida, esto es, con diferencia, lo más complicado que he hecho. Y espero que sea lo más complicado que haga nunca. Aquí confluyen tres planos distintos. Uno es el de unas elecciones normales y corrientes, que tienen mucha complejidad. La verdad es que son cosas que se preparan en los cuatro años de la legislatura. Es un esfuerzo muy grande, con un equipo de miles de personas, que incluye a los ayuntamientos, a Correos… Esto ya es muy complicado. Ahora se une el plano COVID, que hace saltar por los aires la mitad del dispositivo y cuestionar todo el dispositivo para ver si, además de garantizar el derecho a voto, se garantizan la seguridad y la legitimidad. Tiene que percibirse la seguridad y creerse. Añadir esa capa de legitimidad, de credibilidad, de que no haya miedo, es un reto.  Y se ha añadido que, a diferencia del País Vasco, tenemos la parte político-judicial. No nos la esperábamos y está añadiendo mucho ruido y mucha más complejidad. 

¿Por qué? 

El hecho de aplazar las elecciones fue cuestionado por parte de los ciudadanos y de algunas candidaturas. Eso no sucedió en el País Vasco. El TSJC ha tomado algunas decisiones que han sido muy perjudiciales a nivel organizativo. No entro en la cuestión de fondo de por qué se han tomado pero sí han perjudicado muchísimo. Por ejemplo, se daba hasta el día 8 para aplazar o no, aunque al final lo hizo el 29 de enero. Hubo el parón y, después, la retomada de las cautelarísimas. Luego hubo que recuperar el tiempo perdido. Ha habido una parte de partidos que han politizado las elecciones. Esa parte uno nunca se la espera. Sumado a lo demás, la verdad es que se hace muy difícil pensar en qué más puede pasar. No solo en las elecciones, sino en una política pública, cuando se hacen saltar por los aires todos los protocolos y que, cuando los tienes reestablecidos, haya la entrada en escena de partidos políticos que de nuevo las cuestionan. 

Nuestro trabajo consiste en infundir confianza, que el ciudadano tenga claro que las elecciones son válidas y seguras.

Ismael Peña López

Las impugnaciones han hecho que todo quedara en stand by. Y eso, lógicamente, genera estrés en quienes tienen que organizar el proceso. 

Exacto. Y ahora el epidemiólogo Oriol Mitjà ha solicitado a la Junta Electoral que las personas confinadas no vayan a votar. Lo ha estado anunciando estos días y la Junta Electoral nos ha pedido informes al respecto. Esto reabre de nuevo el debate sobre si las elecciones son seguras o no. Estamos a 12 días de las elecciones. Si faltaran 12 meses, podrías hacer más por recuperar la confianza. Nuestro trabajo, además de la parte técnica, consiste en infundir confianza, que el ciudadano tenga claro que las elecciones son válidas y seguras. 

Desde fuera cuesta entender que una persona contagiada pueda ir a votar. Pero también es cierto que es muy difícil que la Administración pueda controlar si quien va al colegio electoral está o no contagiado.  

Aquí hay varias cuestiones a tener en cuenta. En primer lugar, el derecho constitucional a votar no se puede denegar. El caso más cercano que tenemos es el de Croacia, donde se había prohibido a los contagiados ir a votar pero el Tribunal Constitucional obligó al Gobierno a retractarse. Eso sí, les dio la alternativa de utilizar una urna móvil. En las elecciones vascas y gallegas no se entró en esta cuestión. Allí lo que dijo el tribunal es que el protocolo era correcto. Podría haberse elevado algo así y el Constitucional creo que hubiera fallado a favor. No podemos quitar el derecho al voto. Lo que sucedió en Galicia y el País Vasco, desde el punto de vista académico y en los foros especializados, son el ejemplo a no seguir. Por otro lado, todo lo que se ha intentado desde la Generalitat se ha concedido, como alargar plazos o llevar los votos en braille a domicilio, la emisión o envío de papeletas y sobres a nivel masivo… En todo esto la Junta Electoral ha colaborado. Pero hemos pedido dos veces facilitar el voto en las residencias de ancianos como se hace en los centros penitenciarios y se nos ha denegado. Estamos ante la paradoja en la que a una parte de la población se le dice que no puede salir porque está confinada y, cuando hemos tomado medida para llevarles las urnas a casa porque no pueden salir, la Junta Electoral nos ha dicho que no.  

Hemos pedido dos veces facilitar el voto en las residencias de ancianos, como se hace en los centros penitenciarios, y se nos ha denegado.

Ismael Peña López

¿En base a qué dicen que no? 

Dicen que hay otros medios como el voto por correo o la posibilidad notarial de ceder el voto a otro. Y se añade una cuestión que no es nada menor. La ley dice que si una persona está incapacitada para ir a votar o para hacer el voto por correo, hay que facilitarle el voto a través de un notario o dejarlo fuera de la mesa electoral. Aquí no hay debate y todo ha funcionado bien durante 40 años. El problema está en los grises, cuando la autoridad sanitaria dice que, si usted tiene más de 70 años, es persona de riesgo y tiene que abstenerse de tener todo tipo de actividad social. Pero, a la vez, no le da una baja médica. Al no tener esa baja, el notario no tiene por qué aceptar esa condición de que es persona de riesgo. La Junta Electoral de Zona tampoco le acepta esa exención. Son casos complejos en los que hemos tenido problemas. Ahora estamos enviando médicos forenses para ayudar a las juntas electorales de zona pero, por ejemplo, la Junta Electoral Central se negó a establecer un criterio único para todas las juntas. Es verdad es que las de zona son siempre autónomas pero, en este caso, la central podría haber visto la complejidad de la situación y que valía la pena adoptar una decisión colegiada e, incluso, consensuada con la autoridad sanitaria. Insisto, la Junta Electoral Central ha sido muy flexible excepto en estos casos tan complejos. Se nos pide que los contagiados tengan otras posibilidades de voto pero, cuando lo hemos intentado, no se ha podido. 

Hay miembros de las mesas electorales que han dicho que pedirán el amparo del Síndic de Greuges porque no se sienten seguros. ¿Usted estaría tranquilo si tuviera que estar en una mesa electoral el 14 de febrero? 

Tengo familiares y amigos que van a estar y no temo por ellos..  

Pero, ¿puede entender el miedo que tienen? 

Lo entiendo y por eso queríamos aplazar las elecciones. Sabíamos que habría gente que, legítimamente, tendría dudas sobre el dispositivo electoral aunque el director general les jurase que va a ser tan seguro o más que cualquier otra situación que se encuentren en su día a día. Será el lugar más seguro en el que van a estar en los próximos días. Pero la gente tiene derecho a tener miedo. Durante meses les hemos dicho que tenían que ser muy precavidos con el virus. Y ante la evidencia de que la gente seguiría teniendo ese miedo y a pesar de que el dispositivo es muy seguro, preferíamos aplazar las elecciones para estar en unas circunstancias sanitarias más benévolas. Todo el mundo estaría mucho más relajado y sería mucho más receptivo. El problema no es la falta de seguridad sino la falta de confianza. 

Ante la evidencia de que la gente seguiría teniendo miedo, preferíamos aplazar las elecciones para estar en unas circunstancias sanitarias más benévolas.

Se producen quejas que te pueden llegar a parecer surrealistas, como que la CGT diga que los trabajadores de Correos tienen miedo a contagiarse tramitando el voto por correo por la saliva con la que se pegan los sobres, que no tienen auto-cierre. O que les da miedo ir a los domicilios a por estos votos por si el votante se quita la mascarilla para poder ser identificado.  

Yo creo que hay extremos que, sinceramente, no son razonables. Las autoridades sanitarias nos han explicado mil veces cómo se producen los contagios. Y, aunque pegar el sobre con saliva sea una porquería, no es una forma de contagio. Salvo que vayas a lamer el sobre que otro ha lamido. Tenemos que recordar que esto se transmite por vía aérea. Me parece que hay muchas de estos miedos que no están para nada razonados. Insisto, es legítimo tener miedo. Yo no soy quien para decirles que no lo tengan. Mi obligación es convencerles de que no hay razón para tenerlo.  

En procesos electorales celebrados durante la pandemia la abstención ha sido elevadísima. En el caso de Cataluña, ¿hay algún porcentaje de abstención que pueda llegar a deslegitimar el resultado? 

Para que la abstención sea un problema tiene que ser, sobre todo, diferencial. Es decir, que se quede sin votar un área que sabemos que vota distinto que otras áreas. Diferencial en el sentido geográfico o de edad. Y luego está la cuestión de la cantidad. Un 10% de voto y un 90% de abstención sí es un problema. Dicho esto, tanto el CIS como el CEO nos dicen que la abstención no llegaría al 40% y eso nos sitúa en la media histórica de Cataluña. Es verdad que en las tres últimas elecciones la participación ha sido muy elevada. Pero era una sobremovilización sobre la media que tenemos en Cataluña. El CEO, además, indica que la abstención no es significativamente distinta entre grupos ni entre regiones. Se reparte equitativamente y no parece que haya una especial incidencia en ningún territorio. Creo que ahora mismo la legitimidad, con las estadísticas en la mano, está más que garantizada. Habrá que ver lo que sucede el domingo, claro, puede haber un poco más de abstención pero nada preocupante. 

Hay muchos miedos que no están para nada razonados.

Ismael Peña López

Una medida que ha generado controversia ha sido el levantar las restricciones para poder ir a mítines fuera del municipio en el que se vive. ¿El derecho a participar en la vida política está por encima del derecho a la salud? 

De hecho, es el derecho a la reunión, que es esencial. Y no se trata tanto de la participación política como del derecho al sufragio pasivo. Le recuerdo que, en Cataluña, en 2020, ha habido cientos de manifestaciones durante el confinamiento. El protocolo lo que ha hecho ha sido poner límites y medidas para evitar los contagios, como evitar saltar el toque de queda, llevar mascarillas, tener el gel… Está todo muy limitado por una resolución de Salud y el protocolo de actos electorales que se aprobó en diciembre. 

También es cierto que los partidos están colaborando al volcarse más en lo telemático y dejando a un lado los mítines presenciales. 

Los partidos han trasladado a la virtualidad muchos de sus actos y con unos eventos presenciales muy reducidos. Además, han llegado a un acuerdo casi unánime de reducir el número de apoderados e interventores en los colegios electorales. Lo han trasladado a la Junta Electoral Central y esta lo ha hecho vinculante. A pesar de la deriva partidista de politizar las elecciones, es verdad que los cuadros más técnicos de los partidos están jugando muy limpios. 

Para acabar, ¿cree que la pandemia puede ser una oportunidad para avanzar en la implantación del voto digital? 

No, no lo creo. Pienso que, en general, la gente se olvida de todo el día después de las elecciones. La pandemia sí ha demostrado que una Administración eficaz, eficiente, bien dotada de talento y liderazgo es muy importante. Y esto vale para la educación, para la sanidad y para las elecciones. Lo que sí puedo decir es que cabe mejorar la Administración en general de cara al futuro. No es eso cosa de burócratas que se percibe, sino que tenemos que verla como un motor de transformación muy grande que hay que renovar y cuidar. Esto está cada vez más en el debate público y espero que los que vengan, al menos en Cataluña, lo incorporen.  

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