Las últimas horas de la campaña electoral se están viviendo en Cataluña con una tensión por encima de lo habitual en ocasiones como esta. El debate celebrado el jueves en La Sexta, moderado por Ana Pastor, y las reacciones al mismo en redes como Twitter hacen prever que, salvo sorpresas y en función de la abstención, el resultado de las elecciones del domingo sea un Parlament atomizado y un Govern al que le costará mantener la estabilidad.
El debate volvió a ser un «todos contra Illa», pero también la evidencia de que ni en el bloque separatista ni en el constitucionalista impera la unidad. El PP dirige sus ataques contra Vox; Ciudadanos lanza los dardos contra el PP y el PSC; en JxCat siguen con su guerra contra ERC y en el PdCAT es el partido de Laura Borràs el destinatario de las peores críticas. Catalunya En Comú-Podem intenta convertirse en la bisagra, mientras que Guanyem-CUP sigue sorprendiendo con su más que evidente apoyo a la derecha catalana.
Si hubo un momento brillante en el debate fue el del candidato de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, recordando al separatismo los numerosos casos de xenofobia, racismo y supremacismo que se dan en sus filas. Sobre todo en las de JxCat.
Los ataques a Illa, por otro lado, fueron numerosos y de ellos se defendió el socialista manteniendo la calma. Ni siquiera las insinuaciones sobre por qué no quiso hacerse un test antes del debate de TV3 le generaron intranquilidad. Solo la perdió las formas a la hora de reprochar al separatismo el cordón sanitario acordado contra el PSC.
Como el resto de candidatos, Illa cometió algún que otro tropiezo. El más comentado fue el que le llevó a decir que había sido el PP el que en 2008 había afrontado la crisis dedicando 40.000 millones de euros al rescate de la banca. Muchos le recordaron que en aquellos momentos gobernaba el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, siendo ministro de Economía Pedro Solbes.
Illa, además, fue especialmente atacado por no haberse hecho el test de antígenos antes del debate de TV3. A esto se sumó que el candidato del PSC no quiso ponerse mascarilla. Horas antes del debate, el Ministerio de Sanidad había desmentido que Illa se hubiera vacunado ya. Pero, durante el debate, corrió como la pólvora en Twitter un supuesto documento de una conocida clínica catalana que probaría que Illa había dado positivo en un test practicado el día 6. La clínica desmintió, ya de madrugada, que el ex ministro se hubiera realizado alguna prueba en sus instalaciones. Pero ahí quedó la sospecha, alentada por las críticas de sus adversarios políticos. Interpretaciones hay para todos los gustos y algunas de lo más delirantes.
Aplaudido fue, por otro lado, el momento en el que la candidata de Catalunya En Comú-Podem le dejó claro al republicano Pere Aragonés que, de pactar con JxCat, haría presidente al controvertido empresario y presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Joan Canadell.
Resulta llamativo, finalmente, escuchar a los representantes de los partidos que han gobernado Cataluña en los últimos años hablar de la necesidad de un cambio. Algo que tanto Laura Borràs y Pere Aragonés repitieron en diversas ocasiones a lo largo del debate y que no pasó desapercibido para los espectadores.
