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Iglesias explica en Barcelona sus críticas a la democracia mientras Colau llora y Albiach intenta convencer a ERC

El vicepresidente segundo del Gobierno protagoniza el cierre de campaña de la candidata de En Comú-Podem

El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, en el cierre de campaña de En Comú-Podem (Europa Press).

Último día de campaña en Cataluña. Los partidos van cerrando estas dos semanas de intenso esfuerzo publicitario y propagandístico. 15 días en los que, sin pandemia, hubiéramos visto a los candidatos en las calles y los mercados, cargando bebés ajenos y dándole la mano a ancianos y jubilados. La pandemia lo ha trastocado todo. También el cierre de la campaña que, en el caso de En Comú-Podem se ha desarrollado vía streaming y con Pablo Iglesias como auténtico protagonista.

El vicepresidente segundo del Gobierno, cuyo cese han exigido estos días socialistas como Joaquín Leguina, ha aprovechado el acto electoral para dar explicaciones sobre sus críticas a la democracia española. Ha dedicado un par de minutos a alabar las virtudes de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau («Ada es de verdad»), y de la candidata a la Generalitat, Jéssica Albiach. Y el resto de su intervención, más o menos 30 minutos, lo ha destinado a desgranar los numerosos males que aquejan, en su opinión, al sistema que le permite ahora mismo formar parte del Gobierno y tener a su pareja como compañera de gabinete.

«Vivimos en una democracia limitada por los poderes económicos y mediáticos«, ha dicho Iglesias, «esto es decir una obviedad que levanta ampollas». En su opinión, equiparar a Carles Puigdemont con los exiliados del franquismo o defender a Valtonyc, que vive en Waterloo con el ex presidente catalán, es «señalar con toda crudeza las carencias de nuestra democracia». Algo que debe servir para «mejorarla».

Iglesias ha subrayado el «efecto demoledor de la verdad» que «moviliza a los defensores del privilegio y de la mentira». Y ha pasado a desgranar los que, según él, son los principales males de nuestro sistema: el rey emérito y sus presuntas corrupciones; la paralización del Consejo General del Poder Judicial; las condenas a raperos, tuiteros y titiriteros; unos medios de comunicación convertidos en «brazos del poder económico»; la ultraderecha; los consejos de administración de las energéticas o la resolución de los delitos cometidos por los líderes del separatismo en 2017 por la vía judicial y no por la política.

«Vamos a seguir diciendo la verdad», ha advertido Iglesias, «aunque sea dura. Señalar los límites, fallos y vergüenzas es el mayor compromiso democrático posible».

Las lágrimas de la alcaldesa

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha pronunciado, por su parte, un discurso de agradecimiento a todos los que han hecho posible esta campaña electoral. Ha aprovechado la ocasión para poner de relieve los logros de su gobierno en Barcelona, entre los que ha destacado el servicio de dentista gratuito, la compañía energética municipal y la política de alquiler social. También se ha referido al descenso de los desahucios en la capital catalana. Algo que ha debido sorprender a las numerosas entidades que, a diario, se dan cita para evitar estos lanzamientos.

La alcaldesa Ada Colau en un momento de su intervención (ECP).

Entre lágrimas, Colau ha alabado la campaña desarrollada por Albiach de forma extraña, considerando también la encendida defensa que ha hecho del feminismo y que no ha abandonado en ningún momento el neolenguaje progresista: «Sin ningún apoyo, se ha levantado como un titán… como una heroína griega«.

El chantaje emocional a ERC

Los comunes tienen claro que, para gobernar, tendrán que hacerlo con el PSC y con ERC. Con los primeros ya lo hacen en el Gobierno central y en el Ayuntamiento de Barcelona. Nadie que no lo supiera podría imaginarlo considerando los ataques que lanzan a los socialistas tanto en Madrid como en Cataluña. Ese acuerdo, sin embargo, deben darlo ya por cerrado. Y es en ERC donde han volcado la presión con preguntas como la de la candidata Albiach sobre «qué hipoteca» tienen los republicanos con JxCat.

La candidata de ECP a la Presidencia de la Generalitat, Jéssica Albiach, durante el acto de cierre de campaña (ECP).

A la vez, Albiach ha calificado, no sin razón, de «desgobierno» el acuerdo entre JxCat y ERC de la última legislatura. Y se ha referido al pacto entre separatistas para no unirse al PSC como «un acuerdo que responde a una lógica obsoleta, caduca, vieja y que corresponde más a la situación de 2017 que a los retos de 2021″. «¿Por qué Cataluña no se merece lo que está pasando en el Gobierno y en Barcelona?», se ha preguntado Albiach, menos emocional que Colau.

La candidata, finalmente, ha hecho una encendida defensa de la mesa de diálogo pactada por ERC y el PSOE en enero de 2020 para resolver el conflicto separatista. Pero, a la vez, ha dicho que no quiere que en ella se sienten los posconvergentes Laura Borràs y Joan Canadell «para hacer sus jugadas maestras».

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