La Audiencia de Tarragona estima el recurso presentado por el Policía Local que en enero de 2019 mató de cinco disparos a un perro de raza Rottweiler que intentaba atacarle, en Calafell (Barcelona).
El agente, según el Juzgado de instrucción número 6 de El Vendrell (Tarragona) podía ser procesado por un delito de maltrato animal ya que, los hechos imputados, estimaban en su escrito, eran penalmente relevantes. Este jueves, la Audiencia de Tarragona ha estimado su recurso y concluido que no existe delito. «Creemos que en el presente caso la causa de la muerte del animal por parte del recurrente no fue ni injustificada ni arbitraria sino motivada por la situación de peligro real ante el estado de agresividad que presentaba el animal».
«Creemos que en el presente caso la causa de la muerte del animal por parte del recurrente no fue ni injustificada ni arbitraria sino motivada por la situación de peligro real ante el estado de agresividad que presentaba el animal».
Según el auto, el 11 de enero de 2019 el agente acudió al lugar de los hechos después de que un vecino diese el aviso a la policía local de que un perro Rottweiler le impedía salir de su vivienda.
«Agresividad desmesurada»
El acusado «se encontró de frente con el rottweiler que se dirigió hacia él de manera agresiva y mostrándole los dientes de manera amenazante, intentando morderle las piernas».
«Se encontró de frente con el rottweiler que se dirigió hacia él de manera agresiva y mostrándole los dientes de manera amenazante, intentando morderle las piernas».
Aunque en un primer momento intentó defenderse con la porra, al final tuvo que disparar varias veces contra el perro «que en ese momento seguía mostrando la misma conducta agresiva y amenazante». Según el Tribunal, los vecinos ya habían sufrido algún que otro altercado con el perro, que pesaba unos 36 kilos y no tenía dueño ni microchip. Al parecer, el can llevaba tiempo deambulando por la calle sin bozal.
Los vecinos ya habían sufrido algún que otro altercado con el perro, que pesaba unos 36 kilos y no tenía dueño ni microchip.
La Audiencia de Tarragona considera que el policía actuó cuando se vio «acorralado por el animal» y que antes de darle muerte de varios disparos intentó alejarlo por otros medios. Por tanto, «no cometió un delito de maltrato animal con resultado de muerte y ordena archivar la investigación y exculpar al agente».
