Todos recordamos a la Ada Colau activista, que se vestía de abeja cual Ruiz-Mateos en contra de la especulación urbanística, hacía de okupa en edificios del centro de Barcelona, lloraba en una comisión parlamentaria o escracheaba a políticos muy malos, muy malos, muy malos que expropiaban las casas de la gente. Todo impostura.
En una premeditada campaña política, que no activista, la buena de Ada se granjeó un futuro político que culminó en el sillón de la Alcaldía de Barcelona y allí sigue seis años después. Pero, ¿qué ha hecho Ada Colau por “la gente” y por Barcelona?
«En una premeditada campaña política, que no activista, la buena de Ada se granjeó un futuro político que culminó en el sillón de la Alcaldía de Barcelona y allí sigue seis años después».
En cuanto a desahucios se refiere, Barcelona sigue liderando todos los rankings. En edificación de vivienda pública, Colau y los suyos suspenden con nota, ya que de lo que dije digo, digo diego y vivienda pública en Barcelona “res de res”.
«En cuanto a desahucios se refiere, Barcelona sigue liderando todos los rankings».
Durante estos seis años, Barcelona ha pasado de ser una referencia mundial a ser una ciudad de segunda. Triste, con falta de inversión, sucia, peligrosa, caótica y altamente ideologizada. Es más, la brecha entre barrios ricos y pobres ha aumentado. Y eso que gobierna la alcaldesa “de la gente”.
«Durante estos seis años, Barcelona ha pasado de ser una referencia mundial a ser una ciudad de segunda. Triste, con falta de inversión, sucia, peligrosa, caótica y altamente ideologizada».
Los impuestos no paran de subir, urbanismo táctico destrozando la ciudad, proyectos faraónicos que no van a ningún lugar, tales como las “Superilles”, la “emergencia habitacional” el primer mandato (nunca se construyó tan poca vivienda pública en Barcelona), “la emergencia climática” en este segundo mandato, que… ¿dónde quedó? Por no hablar de la degradación de los barrios, la falta de proyecto de ciudad, nulo apoyo a los ejes comerciales y una alergia exacerbada a la policía, poniendo en el ojo del huracán a la Guardia Urbana en más de una ocasión, proponiendo la eliminación del cuerpo de “antidisturbios” y criminalizando a los urbanos frente a los maleantes y delincuentes en cualquier manifestación.
Colau, además, siempre se ha posicionado a favor de los independentistas. Margina a la gran mayoría de los barceloneses. Lazo arriba, lazo abajo, apoyó a los políticos presos y es favorable al “derecho a decidir”. En plan, no soy indepe, pero sí. Complicidad absoluta.
«Siempre se ha posicionado a favor de los independentistas. Margina a la gran mayoría de los barceloneses».
La alcaldesa de “la gente” repudia cualquier manifestación tradicional cristiana, imponiendo así año tras año que no existan cabalgatas de reyes, que los villancicos brillen por su ausencia en las calles, que el belén de Plaza Sant Jaume sea cada año más absurdo y que no asista nunca a la Misa institucional en la Basílica de la Mercè y además elimine la misa del programa oficial de las fiestas.
Institucionalmente, suspende también. Se niega sistemáticamente a representar a los barceloneses cuando el Jefe del Estado visita nuestra ciudad, al igual que sus cómplices políticos independentistas. También retira el busto del Rey en el Pleno del Ayuntamiento y promueve cambio de nomenclátor en calles y plazas por ser “franquistas”, aunque en la mayoría de ocasiones se trate de nombres anteriores a 1936, como el héroe de la Guerra de Cuba, el Almirante Cervera fallecido en 1909, pero para Colau era un facha.
«Institucionalmente, suspende también. Se niega sistemáticamente a representar a los barceloneses cuando el Jefe del Estado visita nuestra ciudad, al igual que sus cómplices políticos independentistas».
Ada Colau margina uno de los idiomas propios de Barcelona, eliminando el castellano en infinidad de cartelería promocional de Barcelona, así como en convocatorias de Consells de Barri, fiestas populares o hasta pide perdón por hablar castellano en la megafonía del metro de Barcelona.
Durante estos años, el Ayuntamiento de Barcelona ha amparado a los okupas, llegando a pagar las facturas de luz y agua, y negándose a expropiar a los incívicos pese a tener orden judicial para hacerlo. Es más, en centros cívicos municipales se han impartido cursos de cómo okupar una casa ilegalmente. El delirio. Fomentó el sindicato de manteros, pese a que su actividad es ilegal, vendiendo productos falsificados, fomentando así las mafias y sin ningún tipo de control ni impuesto.
«Durante estos años, el Ayuntamiento de Barcelona ha amparado a los okupas, llegando a pagar las facturas de luz y agua, y negándose a expropiar a los incívicos pese a tener orden judicial para hacerlo».
Los “gobiernos del cambio” han salido muy caros. En la ciudad de Madrid, Carmena duró una legislatura, las “mareas” gallegas desaparecieron en las últimas elecciones, en la Comunidad de Madrid Pablo Iglesias salió trasquilado, incluso en Andalucía han perdido mucho fuelle. En las últimas generales, los “del sí se puede” bajaron en apoyos y siguen en caída libre. Lástima que, “a casa nostra”, siempre somos los últimos en enterarnos de las cosas. Quedan dos años para el cambio, en España y también en nuestra Barcelona.
