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ANÁLISIS / La economía española va peor de lo anticipado en julio

El PIB registra un ligero rebote de 1,06% en el segundo trimestre de 2020 respecto al primer trimestre

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tras la celebración de la Mesa de diálogo social en Palma donde se abordaron los ERTES. Foto: Europa Press.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tras la celebración de la Mesa de diálogo social en Palma donde se abordaron los ERTES. Foto: Europa Press.

Las cifras de Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR) publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado 23 de septiembre confirman que la recuperación de la economía española ha sido en el segundo trimestre del año y primero en el que el proceso de vacunación alcanzó cotas significativas, más lenta de lo anticipado en el avance publicado en julio pasado. La disponibilidad de nuevas fuentes de información adicionales ha resultado en una revisión a fondo que va mucho más allá de las décimas arriba o abajo a las que nos tiene habituados el INE, y arroja dudas sobre el vigor de la recuperación en curso.  

El PIB registra un ligero rebote de 1,06% en el segundo trimestre de 2020 respecto al primer trimestre, 1,7 puntos porcentuales menos que la cifra avanzada en julio (2,8%) que había levantado expectativas de una recuperación más robusta. A pesar de esta revisión a la baja, conviene no perder de vista que se trata al menos de una cifra positiva que rompe con el decepcionante comportamiento de la economía española en el primer trimestre de 2021, en el que la variación intertrimestral resultó negativa, -0,63%, e interrumpió la senda ascendente registrada en los tercer (16,8%) y cuarto trimestres (0,22%) de 2020.  

La economía española sigue estando bastante lejos de recuperar el nivel de producción anterior a la irrupción del COVID-19

En tasa interanual, el PIB registra una elevada tasa de crecimiento positiva, 17,55%, si bien hay que tener en cuenta que estamos comparando el dato del segundo trimestre con la cifra correspondiente cifra en el segundo trimestre de 2020, el período en que la economía española tocó fondo a causa de las restricciones impuestas a la movilidad por los sucesivos decretos de alarma aprobados a partir del 14 de marzo. Buena como es la elevada tasa de crecimiento interanual en el segundo trimestre, resulta no obstante insuficiente para compensar el fuerte desplome registrado en el segundo trimestre de 2020, 21,50%, por lo que la economía española sigue estando bastante lejos de recuperar el nivel de producción anterior a la irrupción del Covid-19. Algunos gráficos pueden ayudarnos a visualizar dónde nos encontramos y el camino que nos queda por recorrer en los próximos trimestres.  

Evolución reciente del PIB, personas empleadas, puestos de trabajo y horas trabajadas

El Gráfico 1 muestra la evolución del PIB desde el primer trimestre de 1995 hasta el segundo trimestre de 2021, si bien nuestro interés se centra en examinar lo ocurrido desde le inicio de la Recesión Epidémica en el primer trimestre de 2020, esto es, en el último año y medio. Como puede verse con toda claridad, al desplome registrado por el PIB en los dos primeros trimestres de 2019 siguió un potente rebote en el tercer trimestre de 2020 que se frenó en seco en el último trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021. De hecho y a pesar de la mejoría registrada en el segundo trimestre, el perfil del PIB es casi plano en los tres últimos trimestres.  

Gráfico 1. Evolución del índice de volumen del PIB 1995-2021 

Fuente: elaboración propia a partir de las cifras de CNTR publicadas por el INE. 

En relación con el valor máximo del PIB en el gráfico, 111,4, alcanzado en el cuarto trimestre de 2019, la situación actual puede resumirse diciendo que nos encontramos todavía 9,3% por debajo de dicho máximo. Por tanto, la tasa de crecimiento intertrimestral de la economía tendría que situarse en 4.5% en los dos últimos trimestres de 2021 para alcanzar el nivel de producción que teníamos al finalizar 2019. A la vista de los escasos avances registrados en los tres últimos trimestres, la tarea se antoja complicada. Indispensable para conseguir ese objetivo resultará controlar la epidemia y evitar que se produzcan más oleadas de contagios en los próximos meses que obliguen a establecer nuevas restricciones a la movilidad y al desarrollo normal de las actividades económicas y frenen la recuperación, como ocurrió en el segundo semestre de 2020 y primer trimestre de 2021. 

El Gobierno debería intentar mantener el tono expansivo de la política fiscal, evitando, en todo caso, subidas impositivas que puedan desanimar a consumidores e inversores

Además, el Gobierno debería intentar mantener el tono expansivo de la política fiscal, evitando, en todo caso, subidas impositivas que puedan desanimar a consumidores e inversores. Aquí la dificultad reside en que el déficit público sigue siendo muy alto y la orientación de la política monetaria está empezando a cambiar y los mercados de deuda pública ueden empezar a notarlo pronto.  

La CNTR proporciona también estimaciones del número de personas empleadas (en miles), puestos de trabajo (en miles) y horas trabajadas (en miles). Los Gráfico 2 y 3 muestran en 2020 y 2021 un perfil que si bien puede parecer no muy distinto al del PIB, presentan, junto a algunas similitudes,  diferencias significativas.  

Gráfico 2. Personas ocupadas 

Gráfico 3. Puestos de trabajo 1995-2021 

Fuente: elaboración propia a partir de las cifras de CNTR publicadas por el INE. 

En primer lugar, el número de personas empleadas y puestos de trabajo en el segundo trimestre de 2021 son inferiores a los registrados en el cuarto trimestre de 2019, 9,6% y 9,6%, una cifra prácticamente idéntica a la brecha ya mencionada del PIB. Se deduce de ello que estas estimaciones aportan poca información adicional y se puede también concluir que, como en el caso del PIB, para que los niveles de empleados y puestos de trabajo recuperen los niveles anteriores a la pandemia, la tasa intertrimestral de crecimiento debería situarse en torno a 4,5% en cado uno de los dos últimos trimestres de 2021. 

El número de puestos de trabajo capta la paralización de la actividad económica mientras que el de personas empleadas la desdibuja

Una diferencia significativa entre los Gráficos 2 y 3 es que la caída del número de puestos de trabajo, 19,3%, en los dos primeros trimestres de 2021 es casi tan intensa como la del PIB 22,1%, en tanto que la del número de personas ocupadas, 4,4%, es muy inferior. La explicación de esta aparente paradoja reside en que el número de puestos de trabajo capta la paralización de la actividad económica mientras que el de personas empleadas la desdibuja, al considerar a los trabajadores en ERTEs personas ocupadas. 

Gráfico 4. Horas trabajadas 1995-2021 

Fuente: elaboración propia a partir de las cifras de CNTR publicadas por el INE. 

El último gráfico que quiero comentar es el de horas trabajadas que, como reconoce el propio INE. “refleja de manera más clara los efectos inducidos en el empleo por la pandemia”. En efecto, el desplome de las horas trabajadas en los dos primeros trimestres de 2020, 25,4%, es incluso superior al del PIB, 22,1%, y refleja tanto el efecto de la paralización de las actividades no esenciales debido al confinamiento, como posiblemente el menor número de horas trabajadas en conjunto en los sectores donde se mantuvo la actividad. Pero la recuperación ha sido también más intensa en los últimos trimestres que en las restantes variables, de modo que el número de horas trabajadas en el segundo trimestre de 2021 (8.243.383,1) es únicamente 3,9% inferior al nivel anterior al inicio de la pandemia (8.578.560,0), una brecha mucho más baja que en el caso del PIB, personas ocupadas y puestos de trabajo. 

Algunas conclusiones y recomendaciones

La revisión de la CNTR publicada esta semana confirma que, pese al inicio del proceso de vacunación en España en el primer semestre de 2021, el rebote registrado por el PIB y las variables de empleo en el tercer trimestre de 2020, quedó interrumpido en el último trimestre de 2020, a causa de los últimos estados de alarma y medidas restrictivas aprobados en octubre y noviembre de 2020, y las restricciones impuestas en los dos primeros trimestres de 2021. Esta revisión de las cifras avanzadas en julio permite descartar definitivamente que el perfil de la Recesión Epidémica vaya a ser en forma de V, y todo apunta a que la economía española ha sufrido un importante parón en el ritmo de recuperación en los tres últimos trimestres. 

La única variable que se encuentra cerca de sus niveles anteriores al inicio de la pandemia y podría cerrar la brecha existente antes de finalizar 2021 es el número de horas trabajadas (HT). El mayor ritmo de recuperación de las horas trabajadas que el de personas empleadas (PE) ha elevado la ratio Horas trabajadas/ Persona empleada (HT/PE) que ha recuperado ya su valor medio en 2019. Se deduce de ello que las personas empleadas en el segundo trimestre de 2021 trabajan aproximadamente el mismo número de horas que lo hicieron en media en 2019, pero que la brecha del PIB no se ha cerrado porque el número de personas empleadas ha descendido 3,7% respecto a su valor medio en 2019 y el PIB por hora trabajada (PIB/HT) lo ha hecho en 4,5%. 

El PIB podría recuperar y mejorar sus niveles previos a la pandemia bien aumentando el número de personas ocupadas bien elevando la productividad por hora trabajada

Las consideraciones anteriores nos llevan a examinar las implicaciones de dos posibles escenarios para los próximos trimestres. El PIB podría recuperar y mejorar sus niveles previos a la pandemia bien aumentando el número de personas ocupadas, bien elevando la productividad por hora trabajada. En el primer caso, la recuperación afectaría principalmente al empleo y aliviaría las cuentas de la deficitaria Seguridad Social y el elevado desempleo crónico de nuestro mercado laboral, en tanto que en el segundo caso se impulsaría la productividad y la competitividad de la economía española a medio plazo. Resulta una obviedad afirmar que una economía con tasas de paro que duplican holgadamente las de la Eurozona necesita más puestos de trabajo y personas ocupadas, pero también mayor productividad para competir en un mundo global. La cuestión es cuál debe ser la orientación de la política económica para hacer compatibles ambos objetivos. 

Numerosas son las iniciativas que podrían emprender las Administraciones Públicas para impulsar la creación de puestos de trabajo en el sector privado e incentivar la búsqueda de trabajo, y elevar la productividad. Son bien conocidas y desconfío en que sean tenidas en cuenta, me limitaré a recordarle (también sin esperanza) la deseabilidad de evitar al menos políticas poco recomendables. En primer lugar, las fuertes subidas del salario mínimo interprofesional impulsadas por este gobierno de coalición, ignorando las reiteradas advertencias del Banco de España y los aumentos en las bases y tipos de cotización, no van a ayudar a mejorar la crónica situación de desempleo en el mercado laboral sino más bien al contrario. En segundo lugar, la apuesta del gobierno por seguir aumentando el gasto público (pensiones, prestaciones a personas vulnerables, salarios de los empleados públicos, etc.) le obligarán a aprobar más subidas de impuestos que frenarán el ritmo de creación de empleo y reducción de la deuda pública. Algunos gobernantes parecen creer que las ubres de las vacas están llenas y se ven a sí mismos con la misión histórica repartir la leche. A veces, las ubres están llenas de deudas. 

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