Es sabido que la Generalitat viene gastando desde hace décadas una ingente cantidad de dinero en la llamada construcción nacional, esto es, a cimentar las bases para que algún día Cataluña pueda separarse del resto de España –y ello, a pesar de que la mayoría de los catalanes, según las encuestas, rechazan ese proyecto. Lo que no sabíamos hasta ahora es la cuantía exacta que se destina al plan disgregador. Sin embargo, un nuevo informe de lmpulso Ciudadano acaba de concretar la cifra exacta: 1.000 millones de euros al año.
Según el documento, estas partidas, que no duda en calificar como «hipernacionalistas» , impiden dedicar recursos al bienestar de los catalanes en servicios básicos como la enseñanza, la sanidad, la atención a dependientes y ancianos, la vivienda social, las infraestructuras, etcétera. En concreto, el estudio detalla que el Govern destina al año 517 millones al Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la información, 253 a medios de comunicación públicos, 48 a Acción Exterior, 32 al Consorcio para la Normalización Lingüística y, finalmente, 31 al programa de Promoción de la Lengua Catalana.
En detrimento de vivienda, sanidad y educación
A continuación, el dosier detalla los bienes y servicios que podrían financiarse con el dinero que se dedica al fomento del separatismo. Así, con esos recursos podrían sufragarse 155 plazos al año en residencias para dependientes moderados y 3.234 viviendas públicas para alquiler social; contratarse 3.167 médicos de Atención Primaria y 3.775 profesores de Secundaria; y cubrirse los salarios de 275 profesores de Formación Profesional.
Por último, la entidad destaca que las instituciones financiadas con las cifras mencionadas «han resultado claves para el desarrollo del proceso de construcción nacional en Cataluña, sin el que no hubiera sido posible el desafío a la Constitución del año 2017». «Un desafío», recuerda, «que puede repetirse en cualquier momento, pues los nacionalistas siguen contando con los mismos medios y recursos que hace cuatro años».