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ANÁLISIS / Pedro Sánchez enredado en su laberinto

El presidente y el líder de la oposición, Pablo Casado, deben ponerse a hablar en serio, no hay otra solución

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Foto: Europa Press

A Pedro Sánchez le está resultando cada vez más difícil seguir nadando y guardando la ropa. La coalición entre PSOE y UP chirría en asuntos esenciales. Y eso es más grave cuando en esos asuntos Bruselas tiene mucho que decir. Por otra parte, contentar a ERC, al PNV y a Bildu es muy complicado y suele indisponer a Sánchez con su electorado.

¿Cómo dar gusto a ese electorado, y también a UP, y también a los partidos nacionalistas, y también a Bruselas? ¿Cómo hacer todo eso tomando decisiones económicamente correctas, es decir, a favor de la inversión y la creación de empleo? Ese es el laberinto en que se encuentra enredado nuestro Presidente.

Hasta ahora, Sánchez ha ido trampeando, mareando la perdiz, diciendo a cada uno lo que quiere oír, haciendo regalitos individuales. Abre pantalla nueva cada día. Pero llega un momento en que la cosa no da más de sí. Veamos algunos ejemplos.

OPA sobre Naturgy

Naturgy es una empresa estratégica, clave en el suministro de gas natural y en las delicadas relaciones con Argelia. La entrada de un nuevo inversor, australiano, podía poner en peligro los intereses españoles en este tema. Sin embargo, cediendo a las presiones del ala socialdemócrata, y con el argumento de ser empáticos con el libre movimiento de capitales, la OPA se autorizó. Fue un error

Menos mal que, finalmente, la OPA les ha salido mal. Sólo un 10,83%. Y así la Fundación La Caixa, junto con los antiguos accionistas, podrán mantener el Plan Estratégico de Naturgy. Pero en un país menos acomplejado, como Francia, esta OPA no se hubiera autorizado. Acaban de prohibir una OPA canadiense sobre Carrefour, con el argumento de que Francia debe preservar la seguridad en la distribución alimentaria. 

El Decreto-Ley de 14 de septiembre contra las eléctricas

En el tema eléctrico, la decisión gubernamental ha ido justamente por el lado contrario. Para contentar al ala podemita, y dar gusto a su electorado, Sánchez tomó una decisión económicamente errónea (y jurídicamente dudosa), como es la de meter mano a los “beneficios caídos del cielo”. Y eso en 48 horas, sin consultar con Bruselas (que es la madre del mercado eléctrico), ni con las empresas afectadas, ni con el PNV. Fue otro error.

Ahora resulta que hay que matizar el hachazo a los “beneficios caídos del cielo”, y que hay que hablar con Bruselas, y con el PNV, y con las empresas. ¿Cómo es posible hacer las cosas así?

Lo peor de todo es que este tipo de decisiones ahuyentan a los inversores, nacionales y extranjeros, que ven cómo les pueden cambiar el guión en la mitad de la película. Así, nadie puede estar seguro de que el statu quo bajo el cual invirtieron en España vaya a ser mínimamente respetado. Y esto no puede ser. La seguridad jurídica es fundamental para la inversión.

Lo más probable es que no se consiga la rebaja del recibo de la luz, pero sí se consiga el retroceso de la inversión.

La limitación de los alquileres

Lo mismo pasa con la futura Ley de Vivienda, que permitirá limitar los precios de los alquileres cuando los arrendadores sean personas jurídicas con más de 10 viviendas en arrendamiento. Es otra cesión de Sánchez al ala podemita y al electorado socialista, pero es otra decisión económicamente incorrecta porque hace peligrar la seguridad jurídica de España y ahuyenta la inversión.

Lo más probable es que no se consiga la rebaja de los alquileres, pero sí se consiga el retroceso de la inversión.

La reforme laboral

Hay cosas en las que no se puede seguir trampeando. Y la Reforma Laboral es una de ellas. Díaz y los Sindicatos tienen sus ideas sobre esto. Por ejemplo, no quieren que un Convenio de empresa pueda introducir una flexibilidad laboral contraria al Convenio de sector. Estas ideas no se parecen en nada a las de los empresarios, que defienden la libertad de negociación en la empresa. Entre estas dos aguas nada Calviño y el ala socialdemócrata, muy pendientes de Bruselas, que quiere flexibilidad. 

Es imposible conseguir un diseño laboral que guste a Díaz y a los Sindicatos y que guste a Bruselas. ¿Qué va a hacer Sánchez en este laberinto?

La llegada de los Fondos europeos se paralizará si hacemos una Reforma Laboral contraria al criterio de Bruselas. Ese es un escenario impensable. Y eso es lo que le preocupa a Calviño. Con razón. Y lo mismo pasa con la Reforma de las Pensiones. Y con la Reforma Fiscal. Y con la contención del déficit. Estamos pillados y debemos tener mucho cuidado con lo que hacemos.

El tipo mínimo del 15% en el impuesto sobre sociedades

El Gobierno había prometido no hacer ninguna Reforma Fiscal hasta que la pandemia pasase y la recuperación económica se consolidase. Y a ver qué decía la Comisión de expertos en febrero de 2022. Todo se aplazaba hasta 2023. Sin embargo, para contentar al ala podemita, Sánchez decidió meter en el Proyecto de Presupuestos el tipo mínimo del 15% en Sociedades. Pero resulta que ese tipo mínimo se aplica sobre la base imponible. Y eso deja la reforma en agua de borrajas. Parece que sólo se recaudarán 400 millones de euros más. En un Impuesto que recauda 24.000 millones. Y con 400 millones no da ni para pagar las pensiones de un día. ¿Quién entiende esto?

Y si el 15% se aplicara sobre el resultado contable, habría que computar los impuestos pagados en el extranjero. Un lío. Que están tratando de aclarar en la OCDE con mucho cuidado. Pero este Gobierno es pionero. ¿De qué?

No podemos seguir así

Está claro que con la actual inestabilidad política no conseguiremos la recuperación económica. Con los socios que tiene el PSOE es imposible tomar decisiones económicamente correctas. Y que gusten a Bruselas. Además, se está creando un clima hostil a la inversión extranjera. Se toman decisiones espasmódicas, en función de las prioridades políticas a corto plazo. Sin luces largas.

Esto se agrava en el escenario actual, con fuertes incrementos del precio de la electricidad, del precio de los carburantes, y con una crisis de suministros que paraliza la industria. Veremos un IPC del 5% para este 2021.

Por otra parte, es imprescindible transmitir desde ya señales de control del gasto público y lucha contra el déficit. En este tema, nadie hace nada. Estado, Autonomías y Ayuntamientos, del color que sean, siguen comportándose como si nos sobrase el dinero. Hay que parar esto.

Sánchez y Casado deben ponerse a hablar en serio. No hay otra solución.

A no ser que prefieran que Bruselas nos intervenga.

Jesús Santidrian
Jesús Santidrian
Inspector de hacienda jubilado

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