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El presidente de Òmnium se convierte en el nuevo enemigo del separatismo más radical

El fugado Carles Puigdemont le pide "no convertir diferencias legítimas en divergencias insalvables"

El secretario general de ERC, Oriol Junqueras, junto a Jordi Cuixart en la presentación del libro de este último, celebrada el pasado martes (ERC).

Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural y autor de uno de los lemas más significativos para el independentismo (el de ho tornarem a fer) se ha convertido en el nuevo enemigo de la causa separatista. Ya el pasado mes de agosto muchos fruncieron el ceño cuando salió en defensa de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante la pitada del pregón de las fiestas de Gràcia. Pero ahora se han volcado contra él las iras de los habitualmente admiradores de Carles Puigdemont, quienes consideran que Cuixart se ha extralimitado al contradecir a Clara Ponsatí o al mostrar una buena sintonía con el secretario general de ERC, Oriol Junqueras.

Cada vez más divididos

Resulta llamativo que los insultos a Cuixart se produzcan por pedir la celebración de un nuevo referéndum. Justo lo mismo que piden ERC o Junts que se negocie en la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno central. Más sorprendente aún es que sea atacado por replicar a Ponsatí que quienes salieron a la calle tras la sentencia contra los líderes del 1-O no cometieron ninguna estafa. Críticas que solo pueden interpretarse como que el separatismo se está dividiendo en dos corrientes cada vez más irreconciliables: la de quienes desean ir por el camino de la legalidad y la de los que piensan que la única solución es volver a una declaración unilateral de independencia cueste lo que cueste.

Y es ahí donde Junts ha jugado una doble baraja. Por un lado, ha aceptado la mesa de diálogo como herramienta para intentar alcanzar un acuerdo con el Estado. Pero, por otro, ha alentado a los que creen que la violencia es la salida, llamándola «confrontación inteligente» y haciéndoles creer cosas tan delirantes como que la DUI de 2017 puede ser reactivada en cualquier momento. De ahí que consideren que no sería necesario un nuevo referéndum y, menos aún, conocer qué apoyo real tendría la separación de España entre los catalanes.

El pacifista Cuixart

En este escenario, que Cuixart haya presentado un libro defendiendo la consulta como la única alternativa posible ha generado todo tipo de reacciones y casi ninguna buena. Sobre todo entre los más hiperventilados del procés. Y, así, en redes como Twitter llevan horas dedicando todo tipo de insultos a quien, aquel lejano 27 de septiembre de 2017, se subió al techo de un coche de la Guardia Civil para alentar el asedio a la Conselleria de Economía. El mismo que tiene una empresa que fue registrada por los Mossos destrozando un bolardo en la entrada y al que homenajean de vez en cuando los separatistas. Cuixart, el que enfrente del juez Manuel Marchena no tuvo ningún reparo en decir que lo volvería a hacer.

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