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ANÁLISIS / Presupuestos Generales 2022 II: Cataluña, Andalucía y Madrid

Cataluña tiene un porcentaje de empleados por habitante más elevado que la Comunidad de Madrid

Escaños vacíos en el Parlament.

En el artículo que publiqué hace un par de semanas en El Liberal, “Presupuestos Generales 2022 I: Andalucía, Cataluña y Madrid”, examiné las cifras más relevantes de los capítulos de ingresos y gastos de los proyectos de Presupuestos Generales (PG) 2022 de las tres Comunidades Autónomas (CC. AA.) que conjuntamente albergan aproximadamente a la mitad de la población de España (47,66%) y generan algo más de la mitad del PIB (51,66%) de la economía española. Aunque las tres Comunidades presentan una población que podríamos considerar bastante equiparable y en todo caso muy superior a la del resto de Comunidades, bien podría ser que las conclusiones que saqué a partir de este análisis de las cifras agregadas requiera algunas matizaciones, a fin de tomar en consideración algunas singularidades o hechos diferenciales tales como la extensión geográfica, la población o el Producto Interior Bruto (PIB) que podrían explicar algunas de las diferencias encontradas en los ingresos y gastos presupuestados, así como en su composición, o incluso corresponder a que alguna como Comunidad haya asumido competencias que desarrolla la Administración Central en otras.

Para evitar malentendidos, me gustaría aclarar un concepto antes de entrar en materia. Cuando me refiero a hechos diferenciales, susceptibles de requerir recursos adicionales para atenderlos, no incluyo dentro de esa categoría los gastos relacionados con la proyección de la lengua catalana o la imagen del gobierno de Cataluña fuera de sus límites territoriales, ni dentro de España (Comunidad Valenciana o Islas Baleares) ni mucho menos en el extranjero. La razón no es difícil de entender: estamos ante decisiones discrecionales que cualquier otra Comunidad podría desarrollar en pie de igualdad con Cataluña. Como tampoco considero que la presencia de dos lenguas propias en Cataluña exija disponer de recursos adicionales para financiar un sistema educativo bilingüe, porque como es bien sabido, el gobierno de la Generalidad sólo considera al catalán lengua ‘propia’, y trata a la lengua materna de la mayoría de los catalanes, el español, como lengua ‘extranjera’, penalizando su uso en determinados ámbitos incluso con un sistema vergonzoso de multas, e incumpliendo las sentencias firmes de los tribunales de justicia que exigen el uso del castellano como lengua vehicular en el sistema educativo en Cataluña.

Cataluña, pese a prever obtener más ingresos que Andalucía y Madrid, es, sin embargo, la que proyecta incurrir en un mayor déficit

Permítanme, por último, antes de entrar en materia, recordarles cuáles eran las principales conclusiones a las que llegaba en este primer análisis de los proyectos de Presupuestos Generales 2022 de Andalucía, Cataluña y Madrid, tres CC. AA. que aportan el 50% del PIB y el 50% de la población. Se puede caracterizar a Cataluña como la Comunidad que más gasta en personal, bienes y servicios y transferencias corrientes, seguida por Andalucía, y ambas muy alejadas de Madrid, que aparece como la Comunidad más frugal de las tres. Cataluña, pese a prever obtener más ingresos que Andalucía y Madrid es, sin embargo, la que proyecta incurrir en un mayor déficit. Andalucía es la Comunidad que más transferencias corrientes recibe y la que más gasta en personal y operaciones de capital. Madrid, por último, emerge de esta primera aproximación a las cuentas para 2022 como la Comunidad que, realizando un esfuerzo fiscal similar al de Cataluña, realiza considerables aportaciones al Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales y al Fondo de Suficiencia del que se nutren otras Comunidades Autónomas e incurre en el menor déficit de las tres. 

Detectábamos, en síntesis, la presencia de notables diferencias en las cifras agregadas y en la composición de los ingresos y los gastos entre las tres Comunidades que apuntaban a un hecho diferencial al que ya me he referido en otras ocasiones: la Generalidad de Cataluña es una Administración sobredimensionada y cara. El propósito de este artículo es examinar si tales diferencias pueden explicarse o achacarse a hechos diferenciales objetivos, como los ya mencionados, o carecen de justificación más allá de que los gobiernos de algunas Comunidades deciden retribuir mucho mejor que otras Comunidades a sus politicos y empleados públicos, comprar más bienes y servicos y destinar más recursos a transferencias corrientes y de capital, algo que ya apuntábamos al comienzo del artículo anterior. 

Andalucía es la comunidad que más transferencias corrientes recibe y la que más gasta en personal y operaciones de capital

Hay hechos diferenciales objetivos tales como la extensión geográfica, la población o el PIB de una Comunidad, en tanto otros son resultado o consecuencia de decisiones discrecionales adoptadas por los gobiernos de cada Comunidad, tales como el número de empleados en el Sector Público (SP), los impuestos directos, indirectos y tasas con que deciden gravar a sus ciudadanos, las remuneraciones que perciben políticos y empleados públicos, los gastos corrientes que incluyen junto a los gastos en personal, las compras de bienes y servicios y las transferencias corrientes, y los gastos de capital que comprenden las inversiones reales y las enajenaciones de bienes reales. El Cuadro 1 presenta la información correspondiente a los hechos diferenciales, así como a las decisiones discrecionales adoptadas por las tres Comunidades y permite apreciar el esfuerzo relativo realizado por cada una de ellas en cada ámbito y establecer comparaciones interesantes.

Cuadro 1. Hechos diferenciales e ingresos y gastos en los proyectos de PG 2022

Fuentes:  elaboración propia a partir de los proyectos de Presupuetos Generales, 2022 presentados por lJunta de Andalucía, la Generalidad de Cataluñ y la Comunidad de Madrid, Boletín Estadístico de Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, Contabilidad Regional dell INE y Banco de España.

Comencemos por los Gastos de personal. Cataluña es la Comunidad que presenta mayores gastos de personal por empleado en el SP y por habitante, mientras que Andalucía es la Comunidad con mayores gastos de personal en porcentaje del PIB. Madrid les sigue a considerable distancia en ambos conceptos. Que Cataluña presente los gastos de personal por habitante más elevados obedece a que tiene un porcentaje de empleados por habitante más elevado que Madrid, pero sobre todo a que la remuneración media de los empleados públicos es muy superior a las de Andalucía y Madrid, un hecho que queda enmascarado en la comparación con Andalucía porque el PIB de Cataluña es mucho más elevado. Andalucía, por su parte, cuenta con el mayor número de empleados públicos por habitante y aunque sus remuneraciones son bastante más bajas que en Cataluña y sólo algo más bajas que en Madrid, el Gasto en personal asciende a un porcentaje del PIB (8,5%) mucho más elevado que en Cataluña (5,65) y más del doble que Madrid. (3,9%). No cabe duda de que el menor número de empleados públicos por habitante en la Comunidad madrileña y el hecho de que los salarios sean notablemente más bajos que los que perciben sus homólogos en Cataluña, reduce el esfuerzo fiscal exigido al sector privado para hacer frente a la nómina de empleados públicos.

El gasto per capital en personal, bienes y servicios y transferencias corrientes es mucho más elevado en Cataluña que en Andalucía y Madrid

Cataluña presenta también los gastos corrientes (personal, bienes y servicios y transferencias corrientes) per cápita más elevados de las tres Comunidades. En este caso, 25,2% superiores a los de Andalucía y 44,2% superiores a los de Madrid. Si Cataluña ya lideraba a las tres Comunidades en gastos de personal por habitante, ahora esas diferencias se amplían considerablemente al sumar los gastos en bienes y servicios y las transferencias corrientes. Andalucía, como ya indiqué en mi artículo anterior, tiene muchos empleados públicos en términos relativos, pero compra menos bienes y servicios. En el caso de la Comunidad de Madrid, la comparación resulta incluso más llamativa, porque el Gasto corriente per cápita de Cataluña es 44,0% superior al de Madrid, cuando la diferencia en gasto en personal era tan sólo de 23,6%. Estos datos confirman que el gasto per cápita en personal, bienes y servicios y transferencias corrientes es mucho más elevado en Cataluña que en Andalucía y Madrid. La visión tradicional de Cataluña como un territorio donde primaba el esfuerzo y el ahorro de sus gentes, quizá tenga todavía alguna validez en el sector privado, pero como los datos que acabamos de comentar indican carece de cualquier justificación en el ámbito de la Generalidad de Cataluña 

Cuando se suman los gastos de capital, las diferencia en gastos per cápita de Cataluña con Andalucía se reduce ligeramente desde 25,2% a 18,3%, pero en el caso de Madrid sube de 44,0% a 45,6%. Estos resultados demuestran que más allá de las elevadas remuneraciones que perciben los altos cargos de la Generalidad y el Parlamento de Cataluña, anecdóticas al fin y al cabo por enojosa que resulten para el resto de las Administraciones españolas, las abultadas diferencias subsisten cuando se analiza el gasto per cápita del proyecto de PG 2022 que afecta al 100% del gasto del Sector Público y asciende, en el caso de Cataluña, a 41.523,4 millones de euros.  No sólo están haciendo un gran negocio los altos cargos sino infinidad de empleados públicos y proveedores de una Administración, insisto, sobredimensionada en relación con otras Comunidades y, además, muy costosa.

Los menores gastos por corrientes y de capital permiten a Madrid realizar un esfuerzo fiscal en porcentaje del PIB algo más reducido

En la otra cara de la moneda se encuentra el lastre que supone para el sector privado soportar los impuestos directos e indirectos y las tasas para hacer frente a la factura. Como puede verse en el Cuadro 1, el esfuerzo fiscal per cápita más elevado se localiza sorprendentemente en Madrid, 3.544,4 €, seguido por Cataluña, con 3.284,0 €, y en última posición y muy alejada de ambas, encontramos a Andalucía con 2.033,5 €. No obstante, estas diferencias per cápita, conviene subrayar que el porcentaje de impuestos sobre el PIB es muy similar en Cataluña, 10,6%, y Andalucía, 10,4%, y sólo algo inferior en Madrid, 10,0%, que es la que cuenta con un PIB mayor y, sobre todo, con un PIB per cápita bastante más elevado que las otras dos. En consecuencia, encontramos que los menores gastos por corrientes y de capital permiten a Madrid realizar un esfuerzo fiscal en porcentaje del PIB algo más reducido, pero sobre todo quiero subrayar que su política de ingresos y gastos deja en manos de madrileños un PIB per cápita neto de impuestos y tasas de 32.015,9 € frente a 27.591,4 € en Cataluña y 17.476,8 € en Andalucía. Naturalmente, estas cifras no son representativas de diferencias en poder de compra, puesto que existen diferencias importantes en el coste de la vida en el caso de Andalucía, aunque esas diferencias son posiblemente mínimas en el caso de Madrid y Cataluña.

El esfuerzo fiscal de las tres Comunidades se ve completamente desvirtuado al introducir en el cuadro las transferencias corrientes y de capital que reciben, consecuencia principalmente del complejo y arbitrario sistema de financiación autonómico. Así vemos que los Ingresos corrientes y de capital per cápita en Andalucía pasan de 2.033,5 € a 4.294,8, los de Cataluña de 3.284,0 € a 4.929,2 €, y, por el contrario, los de Madrid disminuyen de 3.544,4 € a 3.420,7 €. Y todavía existen partidos políticos que exigen al gobierno de España a que obligue a la Comunidad de Madrid a subir los impuestos, cuando en realidad es de las tres la Comunidad que pese a realizar un esfuerzo fiscal similar es la única Comunidad que empeora su posición y hace posible que otras gasten mucho más de lo que correspondería a su esfuerzo fiscal gracias a las transferencias recibidas. No, no es Madrid a la que hay que forzar a subir impuestos sino a las Comunidades que gastan por encima de lo que corresponde a su población y esfuerzo fiscal.

La Generalidad de Cataluña es una Administración con ínfulas de estado y muy costosa de mantener en comparación con Andalucía y Madrid

Sólo nos queda para cerrar este análisis comentar cómo esperan cerrar las tres Comunidades los tres PG 2022: Cataluña prevé incurrir en un déficit de 3.716,8 millones, Andalucía de 2.383,8 millones y Madrid de 2.015,8 millones. Cuando el déficit se expresa en términos per cápita, el déficit proyectado por la Generalidad de Cataluña es 484,6 €, una cifra considerablemente mayor que la de la Comunidad de Madrid, 298,5 €, y Andalucía 280,3€.  Y lo peor del asunto es que llueve sobre mojado, puesto que Cataluña es la Comunidad que con fecha 1 de junio lidera la deuda acumulada con 81.862,4 millones, seguida por Andalucía con 35.577,2 millones y Madrid con 35.194,4 millones. Cuando la deuda se expresa en términos per cápita, vemos que los catalanes con 10.673,1 € más que duplican la deuda de los madrileños 5.211,9 y de los andaluces con 4.184,9.

El análisis más detallado de los PG de las tres Comunidades examinadas en este artículo, confirma que Cataluña es la que más gasta en personal, bienes y servicios y transferencias corrientes, la que más penaliza a sus contribuyentes con impuestos y tasas, la que cuenta con mayores ingresos corrientes y de capital, y, la que, no obstante, incurre en mayores déficits y acumula mayor deuda. Las cifras son así de tercas y lo que nos indican es que la Generalidad de Cataluña es una Administración con ínfulas de estado y muy costosa de mantener en comparación con las Comunidades de Andalucía y Madrid. A pesar de haber resultado ser la principal beneficiaria de la reforma del sistema de financiación autonómica que acordaron los gobiernos presididos por Rodríguez Zapatero y Montilla en 2009, el desgobierno en que vive inmersa Cataluña desde que se inició el proceso insurreccional en 2010 está pasando factura y la Comunidad que a tantos españoles nos atrajo en los años 80 por su dinamismo y modernidad se ha ido convirtiendo en una enorme burocracia, feudo de avispados y rufianes que, aventando agravios imaginarios y fantasmagóricas repúblicas, viven a cuerpo de rey.

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