Pocos asuntos levantan tanta polémica como la convivencia entre las tradiciones del Islam y las costumbres occidentales. La última controversia gira en torno a los bañadores integrales en las piscinas públicas, que la Generalitat anunció que permitiría. Ahora, la alcaldesa de Ripoll (Gerona), Sílvia Orriols, ha demandado al Govern que lo vete en estos espacios. «Pido a la Generalitat que recapacite y rectifique su decisión de tolerar burkinis en las piscinas municipales». Y ha añadido: «Basta de concesiones a las comunidades islámicas que no respetan los derechos de las niñas y de las mujeres».
Las frases forman parte de una carta que la líder de Aliança Catalana, formación de ultraderecha separatista, ha dirigido a la consellera de Igualdad y Feminismo, Tània Verge. «Obligar a los gobiernos locales a modificar ordenanzas para implantar su modelo, que fomenta la discriminación y alimenta las contra comunidades y los recelos contra Occidente, nos parece como mínimo contraproducente y peligroso», señala en ella. Sin embargo, Verge ha afirmado no tener constancia de dicha misiva y que «llevar los genitales cubiertos» es el único requisito para acceder a una piscina pública catalana»