La administración de Jaume Collboni ha aprobado el desalojo del infame asentamiento de chabolas de Vallcarca -Barcelona-, un campamento que lleva más de una década expndiéndose en la zona. La medida, presentada por el Partido Popular, ha contado con el apoyo en el pleno de Vox y Junts per Catalunya, mientras que ERC y Barcelona en Comú han votado en contra. La abstención de los socialistas ha permitido que la resolución se aprobara, marcando el inicio de un nuevo capítulo por lo que el conflicto urbano se refiere y remarcando el carácter de Collboni, más determinado en este aspecto que su predecesora.
Gràcies a la nostra proposta aconseguim que es desallotgi de forma imminent els assentaments de Vallcarca.
— PP Gràcia (@PPGracia) February 20, 2025
Els veïns tornaran a estar tranquils després d’anys lluitant per poder pacificar el barri.@danielsirera pic.twitter.com/bcGnwOAySW
El asentamiento
El asentamiento, conocido coloquialemnte como “El Sarajevo Barcelonés”, alberga cerca de 60 personas, entre ellas menores de edad. Si bien es cierto que sus habitantes se encuentran en una situación extremadamente delicada y que por el momento el Ayuntamiento no parece tener clara una alternativa para los residentes una vez se proceda con el desalojo, los vecinos de la zona denuncian que el campamento supone un grave problema de salubridad e inseguridad ciudadana.
Por su parte, quienes defienden el asentamiento han evitado hasta en tres ocasiones distintas que las autoridades realizaran una inspección municipal sobre sus condiciones de vida, por considerarlo “el paso previo a la expulsión”. Sin embargo, los vecinos reclaman que el campamento es en realidad una “chatarrería ilegal”, con constante tráfico de camionetas y almacenamiento no regulado de materiales inflamables como bombonas de gas. A su vez, denuncian que el lugar se ha convertido en un punto de reunión para el juego y la embriaguez, conviertiéndolo en ruidoso y peliroso para la población.
El desalojo aún no tiene cronograma establecido. Sin embargo, este paso adelante ha servido para calmar los ánimos de los vecinos, que llevaban años denunciando la situación.