La promesa de paz en Siria tras la caída del régimen de Bashar al-Assad se ha desvanecido. La violencia ha estallado de nuevo, dejando un devastador saldo con al menos 340 civiles -de minoría alauita- asesinados, muchos ejecutados a sangre fría por fuerzas de seguridad, en medio de un contexto de persecución hacía civiles desarmados. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, estas matanzas, descritas como “venganza colectiva”, sumarían más de 500 muertos, incluyendo a su vez 200 combatientes entre soldados del nuevo régimen y partidarios de al-Assad, desde el jueves.
(Las siguientes imágenes podrían herir sensibilidades)
Bashar Al-Assad in Syria was keeping the country stable and protecting minority groups from Islamists
— Culture War Report (@CultureWar2020) March 9, 2025
Now there is a MASS Christian genocide in Syria and the media is suppressing it
The Alawites, a Shia minority in Syria are being ethnically cleansed by leader Ahmed al-Sharaa’s… pic.twitter.com/Vke9StOEFQ
La minoría alauita, que representa el 10% de la población siria y a la que pertenecía Al-Assad, ha sido el blanco principal de esta ola de violencia. Con su núcleo en la costa mediterránea, esta comunidad, parte de la cual dominó instituciones como el ejército durante el régimen, enfrenta ahora una persecución letal como represalia, con indepencia a su adscripción partidista. El Observatorio ha alertado sobre ejecuciones masivas que amenazan la paz civil, con calles divididas entre familiares de víctimas y fuerzas del nuevo gobierno. El Ministerio de Defensa sirio ha anunciado una «comisión de emergencia» para investigar y prometió llevar ante tribunales militares a quienes desobedezcan órdenes, según la agencia SANA. Pero las matanzas no cesan.
Reacciones del panorama internacional
Estos episodios de violencia extrema han dividido a la opinión general. Mientras algunos se reafirman en la necesidad de derrocar el régimen de al-Assad, otros lo señalan como un error mayúsculo, afirmando que su gobierno era un dique de contención ante el fanatismo religioso de corte islamista, al que achacan las ejecuciones y acusan de estar llevando a cabo una limpieza étnica contra las minorías que al-Assad protegía en Siria.
The Russians were right to back Bashar Al-Assad. Removing him from power has allowed Islamist militias—ones that the liberal media and liberal commentators presented as “moderate rebels”—to take over Syria and brutalize Christians, Druze and Alawites. pic.twitter.com/dr8Dg84WFV
— sumit🇮🇳 (@sumit45678901) March 9, 2025
Estos sectores de opinión acusan a los medios de comunicación hegemónicos de ocultar la verdad sobre los sucesos en Siria, que achacan las muertes a conflictos armados entre facciones estatales y rebeldes cuando, según estos mismos críticos, se trataría de ejecuciones «amparadas por el nuevo régimen y suscritas por el fanatismo religioso.»
El presidente interino Ahmed al-Sharaa ha prometido seguir “persiguiendo a los restos del régimen anterior” y ha instado a los «insurgentes alauitas a rendirse antes de que sea demasiado tarde”. Sin embargo, estas palabras no se corresponden con los ataques desmedidos contra minorías, que socavan los aparentes intentos de Damasco por proyectar unidad entre las diversas comunidades del país. El optimismo mientras Siria se enfrenta a un futuro incierto, con la violencia sectaria poniendo en jaque la estabilidad y paz prometida tras la caída de Al-Assad.