Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica Española y exministra socialista, atribuye ahora el apagón masivo del lunes a «un posible ciberataque», una hipótesis que, sin pruebas concretas, parece más bien querer desviar la atención de los crecientes señalamientos hacia la dependencia de las energías renovables. En sus primeras declaraciones, 45 horas después del incidente que dejó sin luz a millones de españoles, Corredor descarta categoricamente que las renovables fueran la causa, evitando por supuesto ofrecer una explicación técnica clara, intensificando así la falta de confianza y las críticas sobre la «gestión» de REE.
El apagón ha reavivado el debate sobre la transición energética en España, donde las renovables representaron cerca del 50% de la generación eléctrica en 2024, mientras la nuclear, una fuente estable, enfrenta un cierre progresivo total hasta 2035. Voces técnicas críticas indican que la intermitencia de la eólica y solar, combinada con una menor contribución nuclear, pudo haber desestabilizado la red. La falta de un informe técnico por parte de REE alimenta estas especulaciones, mientras la mención de un ciberataque aparece como una estrategia para proteger la narrativa del gobierno del PSOE, que prioriza la descarbonización acelerada.
Corredor ha rechazado dimitir y ha defendido apasionadamente «la robustez del sistema eléctrico», que ahora resulta qie es «el mejor del mundo». Su opacidad genera escepticismo. Expertos advierten que la integración de renovables requiere una infraestructura más resiliente en la que el Gobierno se niega a invertir, y el cierre de centrales nucleares agravará la vulnerabilidad de la red. Mientras tanto, la hipótesis del ciberataque, aunque plausible en un contexto de amenazas digitales, carece de sustento oficial, lo que sugiere un intento de ganar tiempo ante la presión pública.
La crisis pone en evidencia la necesidad de transparencia y una transición energética equilibrada. Hasta que REE publique un informe detallado y a la espera de la auditoría independiente anunciada por Portugal, la desconfianza seguirá creciendo, polarizando el debate entre la apuesta por las renovables y la defensa de la nuclear como respaldo crítico.