Parece que Míriam Nogueras ya no sabe en qué idioma hablar. La portavoz de Junts en el Congreso se ha reafirmado hoy en su intención de NO dar apoyo a la ley que daría lugar, entre otras medidas, a la reducción de la jornada laboral semanal a 37,5 horas, buque insignia de Yolanda Díaz para esta legislatura. Tras los reiterados avisos de su formación respecto al contenido de la ley y los perjuicios que, a su parecer, el texto evoca sobre las pymes y los autónomos catalanes, los posconvergentes se han plantado definitivamente hoy, dejando claro que torpedearán legislativamente la aprobación del proyecto.
🎥 Portaveu @miriamnoguerasM
— Junts per Catalunya Congrés i Senat (@JuntsxCatMadrid) May 8, 2025
🗣️ A @JuntsXCat ho tenim clar:
❗️Defensar les pimes i els autònoms és defensar els treballadors.
❌ Aquesta llei laboral posa en risc molts llocs de feina i, per això, no hi participarem. pic.twitter.com/UufHxNZ6JJ
A pesar de los múltiples avisos, Díaz ha ignorado las críticas, afirmando en todo momento que la negociación con Junts «era posible» y que su ley tirará palante. Esta aparente sordera ha encendido los ánimos de los de Puigdemont, que han elevado el tono y declarado tajantemente sus intenciones. Nogueras ha acusado al Gobierno de menospreciar el tejido productivo catalán, subrayando que “no somos vagos, trabajamos para sostener la economía”. La enmienda a la totalidad presentada por Junts busca frenar una norma que, según ellos, se ha pactado solo con sindicatos que viven al margen de la realidad de los trabajadores, dejando a su vez de lado a los empresarios.
Por su parte, Díaz sigue en sus trece y mantiene el optimismo, defendiendo que la reducción de la jornada laboral «mejorará la calidad de vida de los trabajadores y que aún hay margen para el diálogo» durante la tramitación parlamentaria. Sin embargo, la postura de Junts parece de lo más clara. La aprobación de la ley pende de un hilo, y el choque entre el Gobierno y los nacionalistas catalanes evidencia las dificultades para sacar adelante reformas ambiciosas sin un consenso amplio y con un Gobierno en minoría. La batalla legislativa promete ser intensa, señalando de nuevo que eso de «la mayoría progresista» -se ve que el PNV es ahora de izquierdas- era poco más que una herramienta retórica algo falaz.