Borrón y cuenta nueva. Estados Unidos rebaja la tensión. Donald Trump define las negociaciones de su ejecutivo con China, iniciadas ayer, como un hito en los esfuerzos por resolver la escalada de la guerra arancelaria. «Reinicio total» han sido las palabras del presidente, en lo que categoriza como un nuevo ambiente «amigable pero constructivo». Las conversaciones iniciales se acabaron extendiendo durante más de 10 horas, involucrando a las altas autoridades de ambas potencias como el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng.
🇺🇸 President Trump just said:
— Evan (@StockMKTNewz) May 10, 2025
“A very good meeting today with China 🇨🇳, in Switzerland. Many things discussed, much agreed to. A total reset negotiated in a friendly, but constructive, manner” pic.twitter.com/tH1voOJxah
Estados Unidos impuso unos aranceles del 145% a bienes chinos en abril. El propósito era claro; reducir el déficit comercial de 295 mil millones de dólares registrado en 2024 y fomentar la manufactura nacional -proteccionismo 101, vamos-. Trump señala que en este renovado ambiente se han discutido «muchas cosas» y se ha acordado «mucho» -una cantidad apabullante de detalles, sí-, con un enfoque en abrir el mercado chino a empresas estadounidenses. Sin revelar detalles específicos, la administración republicana muestra ahora más flexibilidad, sugiriendo incluso una posible reducción de aranceles al 80% si China ofrece concesiones significativas.
China retalió la primera ofensiva comercial con aranceles del 125%. Las autoridades asiáticas coinciden ahora con Trumo en calificar las negociaciones como un «paso positivo» para evitar una mayor disrupción. La mediación de Suiza, un país con una dilatada trayectoria en diplomacia comercial, añade un tono constructivo a las discusiones, que continuan hoy.
La incertidumbre en los mercados ha provocado, desde enero, una caída del 10%. Este encuentro parece querer estabilizar la confianza, estableciendo que, dentro de la discrepancia y el largo camino a andar, existen acuerdos de mínimos que garantizan la seguridad. El optimismo de Trump y la manifiesta voluntad de diálogo sugieren un camino hacia la desescalada. Después del choque inicial, parece que la estrategia está destinada a ofrecer un equilibrio comercial más justo entre las partes.