Rifirrafe entre primos. Pere Aragonès, expresidente de la Generalitat de Catalunya, se ha mostrado hoy muy duro contra Aliança Catalana, partido fundado por su primo-hermano, Jordi Aragonès. «Si un independentista les vota, le están tomando el pelo». Esta es la diagnosis de quién habitó la Casa de les Canonges durante la última legislatura. Sus palabras no parecen haber sentado bien al hijo del hermano de su padre, el Aragonès díscolo que fundó alrededor de Sílvia Orriols el partido que despunta entre el electorado frustrado por el procés.
Avui @perearagones diu que votar Aliança Catalana és “una presa de pèl”.
— Jordi Aragonès (@jordiaragonesm) May 13, 2025
Home, Pere, que vens d'ERC… la declaració simbòlica, del referèndum sense efectes, desescalar el conflicte. Si algú sap de preses de pèl, sou vosaltres.https://t.co/04HHg8BLm1
Jordi no lo ha tenido difícil para responder a Pere. El President, como dicen las palabras vulgares, se lo ha puesto a huevo a su primo, quien, haciéndose valer del engaño en que culminó el procés independentista liderado, entre otros, por Esquerra, ha afeado la hipocresía de su aseveración. «Si alguien sabe de tomaduras de pelo, sois vosotros». Es cierto que el joven Aragonès dispone de munición para respaldar sus palabras, desde «la declaración simbólica» de Forcadell hasta el «íbamos de farol» de Ponsatí, los integrantes de la esfera procesista no están en la mejor posición para acusar al adversario de mentir, menos aún en la cuestión nacional.
En declaraciones para este periódico, Jordi Aragonès se ha reafirmado en su contundente declaración. «Tienen miedo de Aliança y el proyecto que representa, en tanto que evidencia lo frágil que fue su compromiso con Catalunya.». Al preguntarle por la relación personal con su primo, ha rematado: «Ya no existe tal relación», colgando acto seguido el teléfono.
Estas tensiones reflejan un secreto a voces; Aliança Catalana es un partido al alza, que se nutre no solo de Junts, sino que también fagotiza en gran medida los restos de CUP y ERC, sobretodo en comarcas de interior. Esta realidad se traduce en una sentida inquina, reflejada en las declaraciones el expresidente.
