Las revelaciones de El Mundo marcan la agenda política del país. La sesión de control del Congreso de los Diputados, que se enfoca en fiscalizar la actuación del Ejecutivo, ha empezado esta mañana con la trama que involucraría a la mujer del Presidente del Gobierno en una serie presuntos delitos de tráfico de influencias. En un tono acusatorio muy duro, y sin olvidar hacer referencia a otras anécdotas reveladas por la filtración -las descalificaciones de Sánchez a su gabinete dan para una o varias piezas a parte-, la bancada popular ha arremetido con sarna contra la figura del presidente, que se ha escudado tras sus ministros más beligerantes para no encarar directamente la cuestión.
La crítica se ha hecho extensiva a la totalidad de la acción de gobierno, en especial con la intervención de Juan Bravo, que aporta un dato desolador: la recaudación del Estado -es decir, los impuestos- se ha multiplicado batiendo récords. Los servicios y la calidad de vida, sin embargo, se estancan e incluso disminuyen. ¿A dónde va a parar el dinero? Parece una pregunta legítima en defensa de los intereses del ciudadano.
La respuesta de Montero, vicepresidenta y ministra de Hacienda, no ha aportado luz al asunto. Por un lado, ha acusado al portavoz popular de «no aportar ningún dato» -evasiva cuanto menos curiosa teniendo en cuenta que no ha hecho otra cosa-. Por el otro, ha desarrollado una sentida disertación, explicando que, a su juicio, los altos datos recaudatorios -que han subido notablemente también en términos relativos- són «un dato positivo, que indica que España va bien». Dicho de otra manera, la vicepresidenta del Gobierno concibe el Estado como un ente extractivo cuya único propósito es recaudar. Si eso se traduce o no en mejores servicios es otra cosa. Un concepción, como mínimo, perniciosa.
La sesión de control se ha desarrollado sin mayores novedades, con el apagón aún como tema candente y el Ejecutivo incapaz de dar respuestas contundentes tras falsedades que percutió Sánchez la primera semana. El nivel ha sido, en general, bajo, sin una opsición demasiado solvente pese a su capacidad de detectar los problemas más acuciantes y con un Vox soprendentente asertivo. Con todo, la sombra de Air Europa parece cobrar fuerza sobre el Ejecutivo tras la revelación de los mensajes del presidente al respecto.
