Marc Vidal denuncia a través de X a Meta (Facebook) por su inacción ante una ola de estafas digitales que suplantan su identidad. Un anuncio falso bajo la imagen del economista e influencer -agravado por el uso del logotipo oficial del Banco Sabadell-, ha aparecido prometiendo ganancias de «hasta 2.8 euros por cada euro invertido». «Cómplice por desidia”, así ha calificado Vidal a la plataforma, cuya falta de medidas correctivas pone en riesgo la veracidad de su imagen corporativa y la confianza de los usuarios en perfiles oficiales.
Lo de @Meta es grave. Son cómplices por inacción y desidia de la ruina de mucha gente que se cree los anuncios fake como los que veréis en el enlace. https://t.co/t5sQ48FfF7
— MΛRC VIDΛL (@marcvidal) May 13, 2025
No debe ser muy difícil tomar los nombres de los que somos suplantados masivamente y darle al "DELETE'.… pic.twitter.com/LGLpjrKLrG
El caso de Vidal no es aislado. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y, por ende, una figura institucional, también fue víctima de fraudes similares. A finales de 2023, su imagen fue usada en anuncios de trading con criptomonedas. A pesar de las denuncias, con un peso relativo importante dada la oficialidad de la figura de la presidenta, Meta tardó días en retirar el contenido, un patrón que se repite y que genera preocupación.
El robo de identidad en redes sociales costó a los españoles 7.400 millones de euros el último año, equivalente al 0.5% del PIB. El 45% de estos fraudes involucran la suplantación de figuras públicas. Pedro Sánchez, Val Kilmer o Bard Pitt también han sido sujetos de suplantación, aprovechando la credibilidad de su imagen para engañar a usuarios.El 62% de las víctimas reporta a su vez un fuerte impacto emocional, con casos extremos que incluyen pensamientos suicidas.
Es la cara B de la IA, que con todas sus ventajas también facilita la suplantación digital. La crítica a Meta, pero, es doble, puesto que estos anuncios falsos reportan cuantiosos beneficios a la empresa. Sin un plan de acción claro contra estas medidas, la empresa de Zuckerberg pierde credibilidad en un momento muy delicado para el establecimiento de las marcas tecnológicas de confianza.