Los presuntos escándalos en la DGAIA se tornan más ruines. Las investigaciones sobre su funcionameinto y desarrollo, iniciadas tras la denuncia de un exempleado por «manipulación de informes e irregularidades económicas severas« (se estiman decenas de millones de euros de desfalco entre adjudiaciones a dedo a fundaciones afines y demás escándalos, uno de los presuntos casos de corrupción más grandes de la historia de la democracia), adquieren ahora un tinte mucho más oscuro tras conocerse que 15 hombres están siendo investigados por presuntos abusos sexuales a una menor tutelada, quien habría sido víctima de una red de pederastia durante dos años. La niña, que tenía 12 años cuando comenzaron los declarados abusos, habría sufrido violaciones reiteradas mientras estaba bajo la tutela de la DGAIA, evidenciando gravísimos fallos en el ya de por si deficiente sistema de protección de menores.
🔴 El cas de pederastia sobre una menor tutelada de 12 anys que vam avançar dilluns a @SERCatalunya desferma una crisi sobre la DGAIA.
— Andrea Villoria (@andreajvilloria) May 15, 2025
🗂️La ministra Sira Rego demana canvis per evitar que es repeteixi una desprotecció així i Junts demana una comissió d’investigació al Parlament pic.twitter.com/yqvlO0NYEf
Según la investigación de los Mossos d’Esquadra, la menor habría sido captada por un agresor que lideraba la red, obligándola a prostituirse con al menos 15 hombres. Los abusos se habrían prolongado entre 2022 y 2024, y en un acto de negligencia, la DGAIA habría permitido que la niña, a los 15 años, se fugara con un hombre 10 años mayor. La consellera de Derechos Sociales ha anunciado un expediente para esclarecer la gestión del caso. La oposición exige responsabilidades en el Parlament.
La DGAIA es responsable total de la gestión de veinte mil menores en situación de riesgo. Veinte mil. Las acusaciones que enfrenta no solo ponen de manifiesto, en caso de confirmarse, una estructura de corrupción sin precedentes nutrida de partidas presupuestarias enfocadas a gasto social, contra la exclusión y por la defensa del menor (lo cual es ya de por si, como mínimo, reprobable), sino que destapan también la incapacidad de la Dirección de satisfacer su único motivo de existencia: la protección al menor.
Con la investigación aún abierta y los escándalos multiplicándose, este suceso cierra con broche negro la lista de despropósitos que rodean a la DGAIA. Mientras las víctimas esperan justicia, solo queda aguardar las resoluciones judiciales que determinen la magnitud de las responsabilidades y, sobre todo, la veracidad de los hechos.