Se podrán cuestionar los métodos, pero no los resultados. Rusia y Ucrania han mantenido hoy las primeras conversaciones de paz directas entre delegaciones de ambos países tras años de enquistamiento. Si bien el encuentro ha sido breve -algo menos de dos horas antes de decidir pausarlas por posturas irreconciliables en la desescalada del conflicto-, se han cerrado dos compromisos clave. Por un lado, ambos países se han comprometido a llevar a cabo un intercambio de 2000 prisioneros de guerra -1000 por bando-, el mayor hasta la fecha. Por el otro, las delegaciones han acordado volver a econtrarse con propuestas detalladas por parte de cada una de sus naciones sobre las condiciones que les llevarían a acceder a un alto el fuego.
❗️Primeras imágenes de la reunión entre Rusia y Ucrania en Estambul
— Tadeo Casteglione (@TovarichDelSur) May 16, 2025
📌 Veremos si el régimen de Kiev entiende la situación actual en la que se encuentra. pic.twitter.com/hn5u8XSje3
El proceso se prevé largo y tedioso, pero está en marcha, y parte del mérito recae en Trump. Nos pudo gustar más o menos su talante con Zelensky en la Casa Blanca o el tono que ha adaptado su administración en el conflicto y el reparto de responsabilidades, pero los hechos son claros; se ha desbloqueado la situación. Su retorno al poder ha traído consigo una postura disruptiva que ha roto el statu quo. Su presión sobre ambas partes y diplomacia poco convencional, que incluyó amenazas de reducir el apoyo militar a Ucrania y acercamientos a Moscú para acto seguido invertir los apoyos, ha forzado a Rusia y Ucrania a sentarse a la mesa -por no hablar del efecto revulsivo que ha tenido sobre la UE y su estructura de gasto y prioridades-. El estilo es brusco y en ocasiones desagradable, sí, pero Trump ha logrado lo que tres años de esfuerzos internacionales no pudieron: iniciar un diálogo.
El camino hacia la paz, no nos engañemos, es muy incierto. Las demandas ucranianas de un alto el fuego inmediato chocan con las condiciones rusas sobre territorios ocupados. El intercambio de prisioneros y el compromiso de nuevas reuniones, pero, son pasos tangibles.