Oughourlian no se deja amedrentar. El presidente de PRISA corta de raíz las pretensiones de Sánchez y su Gobierno por hacerse con el control tácito de su grupo mediático, propietario, entre otros, de la Cadena SER y El País. El francés consolida con su nueva reestructuración su posición dominante en el grupo, frustrando de un plumazo las aspiraciones sanchistas y convirtiendo su conglomerado en uno de los pocos espacios mediáticos consolidados ajenos al control estatal.
🔴 ÚLTIMA HORA | Nueva purga en Prisa: Oughourlian y Gil despiden a tres nuevos directivos clave
— Vozpópuli (@voz_populi) May 22, 2025
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El idilio entre PRISA y PSOE empezó a truncarse tras el veto de Oughourlian al proyecto de una cadena de televisión en abierto, impulsado por el exconsejero delegado Carlos Núñez y José Miguel Contreras, lobbistas del PSOE. Telepedro, así bautizó el espacio mediático el proyecto. Sin embargo, Oughourlian lo descartó por su inviabilidad financiera, dada la deuda de 775 millones de euros de PRISA y el manifiesto declive de la televisión tradicional.
La reestructuración acaba de cortar la cabeza a la delegación sanchista. Montserrat Domínguez, directora de contenidos de la Cadena SER, queda reemplazada por Fran Llorente, quien asume la dirección editorial y del negocio audiovisual. Llorente, pese a un pasado ligado al PSOE, a sido rehabilitado tras un cese temporal por apoyar el proyecto televisivo, lo que sugiere su alineación con Oughourlian. Está adiestrado. Pilar Gil, nueva consejera delegada y mano derecha del presidente, lidera un organigrama que incluye a Jaume Serra como director general de Radio y Negocio Audiovisual, y Vanessa Hernández en Prensa, consolidando un equipo leal a Oughourlian.
Estos movimientos debilitan notablemente a los accionistas afines al PSOE y limitan, mucho, la influencia de Sánchez en PRISA. La ampliación de capital de 40 millones de euros y una cláusula “key man” en la refinanciación de la deuda aseguran el control de Oughourlian, quien ha instado a sus directivos a criticar al Gobierno “sin pelos en la lengua”. Aunque no está claro si habrá un giro editorial en la Cadena SER, Sánchez pierde el control de un elemento clave en el espacio mediático más institucionalizado.