Pedro Sánchez vuelve a Valencia tras cuatro meses de ausencia institucional para reunirse con asociaciones de víctimas de la DANA. En la línea de sus anteriores visitas, su llegada a la Delegación del Gobierno ha sido recibida con abucheos, gritos de «¡Fuera!» y fuertes y sentidas críticas de valencianos profundamente disgustados por por la gestión de la catástrofe y el tono del Ejecutivo sanchista durante todo el proceso.
La reunión se ha desarrollado con representantes de la Asociación de Damnificados por la DANA de L’Horta Sud, la Asociación de Víctimas Mortales DANA 29-O y la Associació Víctimes de la DANA 29 d’octubre. El encuentro, lejos de calmar los ánimos, agudiza la tensión y la cólera de una población que se sabe y siente abandonada por el Gobierno.
No es la primera vez -ni probablemente la última- que Sánchez enfrenta duros escarnios en Valencia. Nadie olvida las imágenes de Paiporta junto a los Reyes y Mazón, donde fue insultado, recibió un palazo en la espalda y acabo con su coche destrozado. En esta ocasión, la Policía se ha adelantado dispersando a los manifestantes críticos. Eso sí, las fuerzas de seguridad han permitido a militantes del PSOE mostrar su efusivo apoyo al líder. Mazón, por su parte, sigue sin reunirse oficialmente con estas asociaciones, dejando al Gobierno autonómico en una situación igualmente delicada y de impopularidad.
La indignación ciudadana se arraiga en la percepción de una respuesta lenta, politizada y descoordinada tras la DANA, con un Sánchez ausente y un Mazón cuestionado por no emitir alertas suficientes.
