Sánchez se cubre las espaldas. Leire Díez, presunta «fontanera» del PSOE, ha sido hoy expedientada por su partido tras revelarse, de acuerdo con las informaciones publicadas por El Español, que la socialista habría intentado desacreditar a José Grinda, fiscal que investiga la presunta corrupción del entorno del Gobierno, ofreciendo a distintos medios de comunicación un vídeo sexual del susodicho procurador. Si bien los hechos aún no se han demostrado y orbita alrededor de la acusada la presunción de inocencia, este movimiento del PSOE evidencia una clara preocupación entre sus filas por el desarrollo del caso. Los hechos que se imputan a Díez son muy graves; gravísimos, para ella y TODO el aparato socialista. Se la acusa de capitanear una campaña de desprestigio contra Grinda, fiscal anticorrupción responsable de los casos Koldo y Gaslow, así como contra miembros destacados de la UCO, unidad de la Guardia Civil implicada también en la investigación. ¿El objetivo? Desacreditar ante la opinión pública a quiénes intentan esclarecer las acusaciones que cuelgan sobre el PSOE, la mayoría muy severas. Desviar la atención de los hechos y dar la vuelta al relato para señalar, perseguir y difamar a las autoridades en su búsqueda de la verdad. Dicho en términos que entiendan los socialistas: Fango. Fango político, Fango moral. Fango de la peor calaña.
Seguramente Begoña Gómez tampoco conoce a la 'fontanera' del PSOE Leire Díez Castro, a pesar de salir juntas de cena… pic.twitter.com/Nf9h1CLCcR
— Benjamín López (@benjalh1971) May 26, 2025
No todo vale. El movimiento del PSOE parece poco más que un intento a la desesperada para depurar responsabilidades. Los engranajes comunicativos del partido han empezado ya a moverse para desvincular a Díez de la órbita socialista, pero las evidencias sobre su relación con altos cargos de la formación son tantas y tan evidentes que solo los más acérrimos fanáticos se quieren creer ese relato. En el mismo comunicado, el PSOE condena la «filtración ilegal» de las conversaciones de Leire con un abogado, como si los métodos para su obtención alteraran de alguna manera su contenido. La ciudadanía sabe lo que ha escuchado y, a falta de sentencias firmes, las palabras y los hechos dan lugar a más bien poca interpretación.
Si bien nada está demostrado y todas las acusaciones son presuntas, la actitud del PSOE nos puede dar alguna pista sobre la veracidad de los hechos, aunque ello recae ya sobre la interpretación subjetiva de cada uno. Nuestro estimadísimo partido de Gobierno ha demostrado, hasta ahora, dos actitudes o protocolos de actuación distintos cuando acusaciones de este calado se vierten sobre sus filas; defensa total o rechazo absoluto. No hay punto medio. Si la situación es salvable, el partido cierra filas con sus miembros. Cuando la cosa «pinta chunga», pero, si te he visto no me acuerdo. Expediente, cese y condena rotunda, negando cualquier tipo de relación. Si lo hicieron con el número 2 del partido, lo harán con cualquiera. Parece que este va a ser el trato para Díez, lo cual es de lo más comprensible. En caso de confirmarse las acusaciones, podríamos estar hablando de chantaje, coacciones u obstrucción a la justícia, entre otras lindezas, y no hay Gobierno que sobreviva el haber auspiciado estas conductas.
