Núñez Feijóo se ha acordado hoy de que es líder de la oposición. «Democracia o Mafia», así ha resumido el líder popular la disyuntiva que se dibuja ahora ante España. Seguir bajo el Gobierno sanchista, sobre el que ha propinado contundentes críticas, o crecerse en las calles y las instituciones para demandar la caída del presidente. Desde Génova, Feijóo se ha mostrado implacable. «Sánchez está rodeado de corrupción (…) Mire donde mire, Sánchez está envuelto en corruptelas», ha sentenciado.
SE ACABÓ. pic.twitter.com/2xebPX5rnQ
— Partido Popular (@ppopular) May 29, 2025
De las palabras, Feijóo quiere pasar a la acción. Propone incluso la moción de censura, instando a los socios de investidura de Sánchez a sumarse para derrocar al Gobierno. El recorrido se prevé breve. Al final, quiénes facilitaron su ascenso, o bien se crecen ante el debilitamiento socialista o bien les interesa más bien poco lo que pasa en Madrid. Consciente de sus 137 escaños, una posición algo paupérrima pese a ser la fuerza más votada, Feijóo ha hecho un llamamiento a la movilización ciudadana, convocando una manifestación en Madrid el 8 de junio. «Hay que decir basta». Los populares buscan así refrendar en las calles ese sutil ápice de fuerza del que carecen hoy en el Congreso.
Haciendo gala de sus ya conocidos ejercicios de malabarismo discursivo, con los cuáles intenta adoptar una oposición de línea dura sin renunciar a la institucionalidad y moderación que defiende para la imagen del partido, Feijoo se ha posicionado también en favor de las Fuerzas de Seguridad y medios de comunicación, a los que ha pedido no «pedir perdón» por cumplir con su deber, en clara alusión a las presiones del Gobierno sobre investigaciones en curso. Se lo están poniendo en bandeja, las cosas como son.
Voy a ser muy claro:
— Oscar López Agueda (@oscarlopeztwit) May 29, 2025
Feijóo, encubridor de los chanchullos de Ayuso, blanqueador de la ultraderecha y veraneante con narcos.
Y Ayuso va a ir pa’lante con el ático y con las residencias. pic.twitter.com/hXSWhKzYu4
Las reacciones son diversas. El sanchismo de línea dura sigue en sus trece. Bulos de la extrema derecha. Ruido mediático sin fundamento. Fango y mentiras ante el trabajo bien hecho. Sin novedad en el frente, vamos. Por lo que hace los sectores críticos con el Gobierno, Feijóo no goza tampoco de la mayor de las simpatías. Vox pone en duda su capaciad para canalizar las demandas populares contra Sánchez. Conservdaores más moderados dudan también de la solvencia de su líder, sobre todo en redes. Para el PP, y más allá de las potenciales revelaciones que puedan ir sumándose a lo largo de los próximos días, la vista está ahora puesta en su manifestación. Cuyo éxito y capacidad de convocatoria determinará la fuerza de su liderazgo.