El euríbor ha cerrado mayo en un 2,081%, su nivel más bajo desde agosto de 2022, marcando una nada despreciable cuarta caída consecutiva. Este descenso, resultado de una suma de eventos y variables compleja que no nos pertoca abarcar en esta pieza, anticipa nuevas rebajas de tipos por parte del Banco Central Europeo, es decir; dinero más barato -préstamos más ventajosos para el receptor-. ¿El principal impacto para el ciudadano de a pie? Bajan los intereses en las hipotecas. Ejemplo práctico: para una hipoteca media de 145.673 euros a 25 años, el ahorro es de 137 euros al mes, unos 1.644 euros anuales.
Este alivio beneficia a los hipotecados a tipo variable, cuyos intereses para el crédito fluctúan con el euríbor, pero, sobre todo, facilita el acceso a nuevas hipotecas, con cuotas más bajas. El mercado inmobiliario español parece repuntar ligeramente con unas 180.000 compraventas en el primer trimestre de 2025 pese a las desproporcionadas cargas impositivas aplicadas sobre este tipo de operaciones. A diferencia de la burbuja de los 2000, para el que se esté asustando, parece que los bancos están siendo más prudentes y financiando un porcentaje menor de las viviendas para evitar riesgos.
En marzo, el interés medio de las hipotecas bajó al 2,97%. Lógicamente, las hipotecas fijas -aquellas que se conceden en base a la tasa de interés del momento de firma- representaron el 66,8% del tota. Si se sigue esta tendencia, acompañada por las instituciones bancarias, el euríbor podría caer por debajo de esa barrera en junio. Sumado a la capacidad de negociación de cada uno, así como su poder adquisitivo, esta realdiad dibuja un buen momento para, al menos, plantearse adquirir una propiedad mediante un préstamo hipotecario. Si alguien se lo está pensando, ahora es el momento.
