El acercamiento del president Illa a los sectores más ortodoxos del nacionalismo catalán no salió bien. Durante el día de ayer, el líder del ejecutivo acudió a un acto de Òmnium Cultural, la principal organización cívica, junto con la Asamblea Nacional Catalana, responsable de las movilizaciones afines al secesionismo.
Premio de Honor
El evento, celebrado en el Palau de la Música, consistía en otorgar el Premio de Honor de las Letras Catalanas “a una persona que, por su obra, escrita en lengua catalana, haya contribuido de manera notable y continuada a la vida cultural de Cataluña”. En consonancia con las bases establecidas, el galardonado este año fue el filósofo Pere Lluís Font.
Humillado
Sin embargo, el mal trago para el socialista vino cuando, casi al concluir la ceremonia, sonaron Els Segadors y el público empezó a proferir gritos en favor de la independencia. Todo el público se jactaba de que el president de la Generalitat tuviera que aguantar estoicamente sus cánticos. Incluso algunos asistentes grabaron la escena. También se reía el president del Parlament, Josep Rull, quien no disimuló su disfrute.
Las grandes preguntas son: ¿Cómo humillar a la máxima institución de la autonomía no tiene consecuencias?, ¿seguirá reuniéndose con la entidad como ya hizo en febrero de este mismo año?, ¿Qué hace un president de la Generalitat antinacionalista en un aquelarre identitario?