El próximo jueves dará comienzo en Barcelona uno de los festivales más importantes de España, el Sónar. Y lo hará envuelto en la polémica por el acoso al que la organización se ha visto sometida por entidades propalestinas. Un acoso que ha provocado que una treintena de artistas se dé de baja en la edición de este 2025. El origen está en el fondo de inversión KKR, vinculado a Israel, y que en 2024 adquirió Superstruct, la propietaria del Sónar. Esto ha provocado que entidades propalestinas como Prou Complicitat hayan iniciado una campaña con el fin de forzar a la organización a desvincularse de KKR y mostrar con gestos su apoyo a Palestina.
Estos gestos están relacionados con las campañas de la organización BDS Movement, que desde hace años promueve el boicot a los intereses de Israel en todo el mundo. Y, así, en el caso del Sónar han logrado que el festival prescinda de marcas como Coca Cola y McDonalds, cuyo producto estrella entre los asistentes a este evento es el helado McFlurry, del que no podrán disfrutar en esta edición del Sónar. En su página web, la organización ha indicado que «la lista final de patrocinadores de Sónar 2025 no cuenta con ninguna de las empresas target de campañas». Además, ha mostrado su apoyo al Ayuntamiento de Barcelona » en su declaración institucional dirigida a Fira Barcelona para que rechace acoger en sus pabellones stands del gobierno israelí y de empresas armamentísticas». Y ha denunciado «el total rechazo al apartheid y genocidio que sufren por parte del Gobierno de Israel».
Además, en su perfil de Instagram, la organización ha publicado recientemente un comunicado en el que deja claro su apoyo a «la población civil palestina atrapada en la catástrofe humanitaria que se vive en Gaza». «Queremos expresar con total claridad», ha añadido en esta nota, «que Sónar se desvincula de cualquier acción de KKR. No tenemos injerencia ni, por supuesto, control alguno sobre sus decisiones o inversiones».
