Crece la tensión entre los sectores productivos de Barcelona. El tejido comercial y de restauración eleva la voz ante las decisiones de Collboni en materia regulatoria, desconectadas -a criterio del gremio- de la realidad económica y social de los barrios dónde desarrollan sus actividades y afincadas en un continuismo colauista. Los problemas son diversos:
La reciente eliminación del tráfico privado en sentido ascendente por Via Laietana ha sido, sin duda, la gota que colma el vaso para más de 50 entidades comerciales y empresariales. La medida, planteada como una apuesta por la “movilidad sostenible”, tiene a su vez una externalidad más bien poco apetecible; un efecto de aislamiento para los negocios, una reducción del acceso de clientes del resto de la ciudad y del área metropolitana. ¿Las consecuencias? Un descenso del flujo comercial y consecuencias graves a corto y medio plazo con una caída considerable del volúmen de negocio.
A esto se suma el «plan de reducción de ruido» en el paseo del Born, que establece una presión sin precedentes sobre bares y terrazas. Con la instalación de sonómetros y el compromiso de reducir el nivel sonoro en 5 decibelios, los locales se enfrentan a la posibilidad de cierres anticipados -seguridad jurídica en su máxima expresión- si no cumplen con objetivos difíciles de controlar, sobre todo cuando buena parte del ruido proviene del consumo en vía pública -es decir, de la peña que va cubata en mano-, fuera del alcance de los restauradores. La Guardia Urbana ha registrado un aumento de actas por botellones y altercados, pasando de 233 en 2023 a 680 en 2024. Voracidad recaptatoria en su versión más desacomplejada.
El malestar no reside únicamente en las restricciones, sino también en la falta de colaboración institucional. El gremio ha tenido nula participación -y consideración- en el diseño de estas políticas. Intervencionismo, medidas unilaterales y una visión urbanística que ignora el equilibrio entre descanso vecinal, convivencia y actividad económica. Colau sigue, en espíritu, sigue con nosotros. Regocijémonos.