Ahmed Tommouhi y Abderrazak Mounib son dos de las grandes grietas de la justicia española. Su caso se remonta a 1991, a raíz de una serie de agresiones sexuales que estremecieron diversas localidades de Barcelona y Tarragona. Los ataques, perpetrados entre principios de octubre y principios de noviembre de ese mismo año, seguían siempre el mismo patrón: los agresores amedrentaban a parejas que mantenían relaciones sexuales en descampados, las saqueaban y violaban a la chica frente a la atenta mirada del varón. Hombres que, conviene señalar, no siempre lograban mantenerse conscientes, pues solían ser víctimas de palizas brutales.
La oleada de violaciones y la extrema violencia aplicada —a una de las mujeres agredidas llegaron incluso a arrancarle un pezón de un mordisco— provocaron que la Policía Nacional y la Guardia Civil se volcaran en la búsqueda de los culpables. Las descripciones de las víctimas coincidían: varones de tez morena, posiblemente magrebíes, que se dirigían en perfecto español a las víctimas pero se comunicaban entre ellos en árabe.
Detenidos
Los detenidos a finales de noviembre de 1991 resultaron ser Ahmed Tommouhi, un inmigrante marroquí, albañil temporero, con los papeles en regla y sin antecedentes penales; y Abderrazak Mounib, un vendedor ambulante de la misma nacionalidad. Ambos rondaban los 40 años. No se conocían. Fueron reconocidos por una joven denunciante que, tras ver a Tommouhi esposado en la comisaría de la Guardia Civil de Terrassa, lo señaló como autor de su agresión junto a Mounib. Este último, por si fuera poco, padecía desde hacía años una hipertrofia testicular que le impedía mantener relaciones sexuales.
No eran los culpables
Con el paso del tiempo —y de los juicios— Tommouhi (rebautizado como “Tommouch” en documentos judiciales y policiales) y Mounib acabaron siendo condenados a 150 años de cárcel, basándose los tribunales principalmente en las ruedas de reconocimiento, consideradas entonces “pruebas irrefutables”.
Ambos mantuvieron su inocencia hasta el final. Tommouhi tuvo que esperar hasta 2005 para obtener la libertad condicional y hasta 2025 para que el Tribunal Supremo reconociera oficialmente su inocencia. Mounib murió en la cárcel en el año 2000, sin haber podido revisar su condena. Ninguno de ellos fue autor de los crímenes. La responsabilidad penal recayó finalmente sobre Antonio García Carbonell, un gitano reincidente con una complexión física ciertamente parecida a la de Tommouhi.
Por ahora, sin indemnización
Toda una catástrofe penal y moral que la Audiencia Nacional se ha negado a indemnizar. Ahora depende del Supremo. Quince años de cárcel por un error judicial, y los responsables pretenden exonerarse.
Ante este despropósito, brevemente aquí sintetizado, los periodistas Arcadi Espada, Soledad Gomis y el ingeniero Manuel Borraz han iniciado una recolecta para ayudar a Tommouhi a reencontrarse con su mujer. “La situación personal de Ahmed es dramática. Sufrió recientemente la amputación de un pie y no tiene el dinero necesario para traer a su mujer desde Marruecos”, explicó Espada en El Mundo. En consecuencia, “mientras el Supremo delibera y decide [si le indemnizan], hemos abierto una colecta para paliar su situación económica”. El IBAN con el que este grupo de personalidades recauda fondos es ES17 2100 9057 0002 0039 7561.