Ayer, pocos segundos después de regresar de una pausa publicitaria, la redactora jefa de Nacional de El País, Inma Carretero, olvidó que los micrófonos seguían abiertos en la Cadena SER. Aimar Bretos, director de orquesta del programa, le preguntó: “¿Qué te llega del Partido Socialista?”, y Carretero, inocentemente y creyendo que aún seguían los anuncios, respondió: “Pues estoy justo con María Jesús Montero hablando, y me dice: ‘¿Alguien tiene el informe? Es que están perdidísimos’”. Una respuesta que provocó un silencio sepulcral en el estudio, roto únicamente por las advertencias de Bretos.
¿Perdón?
En cuanto Carretero citó a Pedro Sánchez como presunto instigador de presiones a periodistas afines para obtener el informe que implica a Santos Cerdán, el presentador de Hora 25 consiguió captar su atención. Ella, tras un sonoro “¡¿Perdón?!”, fingió una pérdida de conexión.
Un golpe duro
Esta metedura de pata evidenció públicamente el nerviosismo en Moncloa ante un nuevo informe de la UCO que incrimina a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, en el caso Koldo. Según fuentes próximas a la investigación, la Guardia Civil acusa al dirigente socialista de estar implicado en el cobro de comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones de obras públicas.
Curiosamente, antes de hablar más de la cuenta en directo, Carretero había señalado que “el golpe [para el PSOE] es durísimo”. Añadió también que, según el parecer del presidente Sánchez, “Cerdán, si bien ha podido interesarse por obras públicas en Navarra por su condición de diputado o secretario de Organización, jamás habría cobrado comisiones”. Sin embargo, como reconoce la propia periodista, “en caso de que los audios prueben el cobro de comisiones, el descosido para el PSOE sería incalculable”.
