Datos demoledores del GESOP para El Periódico. La presunta implicación de Santos Cerdán, (ex)número tres del PSOE y hombre de máxima confianza de Sánchez -conviene recordarlo-, en la mayor trama de corrupción de la década precipita una crisis política de incluso mayor envergadura que en 2018. La presión para convocar elecciones anticipadas, exacerbada por la presunta corrupción del partido de Gobierno, pero ya muy presente por su incapacidad legislativa y consecución de fiascos, crece ahora también con fuerza dentro del bloque progresista a pasos agigantados.
El 61,5% de los españoles cree que Sánchez debería adelantar los comicios. Incluso el 39,4% de los votantes socialistas se suma a esa demanda. Casi nada. La fractura interna se hace palpable. Como es lógico, la cifra se dispara entre el electorado conservador: un abrumador 92,6% del electorado del PP y un 98,9% de Vox exigen pasar por las urnas cuanto antes. Más de la mitad de los votantes del PNV, ya saben, ese partido tradicionalista, democristiano y foralista que convenientemente computa ahora para la mayoría progresista, exige también el adelanto electoral.
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El caso Cerdán es determinante. En solo 48 horas, la petición de elecciones ha aumentado 11 puntos, del 57,1% al 68,2%, coincidiendo con la publicación del informe de la Guardia Civil, la posterior dimisión del dirigente socialista y, por supuesto, la categórica negativa de Sánchez a convocar elecciones, con un tono especialmente autoindulgente en su segunda aparición.
Por territorios, la petición de elecciones supera el 70% en comunidades como Castilla-La Mancha o Castilla y León, mientras que Catalunya -49,6%- y el País Vasco -51,3%- muestran más división. También hay diferencias generacionales muy notables: el 74,6% de los españoles de 30 a 44 años quiere votar, frente al 50,4% de los mayores de 60. En cualquier caso, el clamor electoral es mayoría en todos los grupos de edad.
Por lo que hace l atarea de oposición, el estudio resalta un dato demoledor para el sanchismo; 1 de cada 3 votantes del PSOE ve justificadas las manifestaciones de Vox y PP bajo el lema «Mafia o Democracia», reflejo de una pérdidia de apoyos sin precendentes entre las socialistas y probablemente el principal motivo por el que esta demanda social no va a encontrar respuesta en las instituciones de Gobierno, emperradas en agotar la legislatura.
