José Luis Ábalos no decepciona nunca. Durante el registro llevado a cabo UCO en la vivienda del exministro y persona de máxima confianza de Sánchez este 10 de junio, se produjo uno de esos hechos insólitos que son ya marca de la casa: la presencia de una mujer identificada como una ex actriz porno que trabajó bajo el nombre artístico de Letizia Hilton e intentó ocultar un disco duro de la policía, clave en la investigación.
Los hechos se produjeron la semana pasada en Valencia; los agentes entraron en la vivienda habitual del exministro para ejecutar una orden judicial en el marco del caso Koldo -ya saben, esa anécdota que salpica a la plana mayor del Gobierno. Mientras se realizaba el registro, Letizia -obviaremos en esta pieza su nombre real- se ofreció a sacar al perro de Ábalos a pasear. Sin embargo, lo que parecía un gesto inocente levantó sospechas entre los agentes y, al ser registrada, se descubrió que escondía en sus pantalones un disco duro externo con contenido delicado.
El intento de ocultar este dispositivo, a parte de una acción deliberada para entorpecer una investigación policial, supone un intento de oculatción de pruebas, delito penado. El disco duro, junto con otros 33 dispositivos incautados en la vivienda, está siendo analizado para determinar su contenido y potencial vinculación con la trama investigada.
La identidad de Letizia y su vínculo con Ábalos, que ella define como «amistad», han generado una ola de comentarios en redes sociales y tensión dentro del propio Partido Socialista. Entre las cuadras de la organización crea una mezcla de preocuapción e incredulidad. En la población; cachondeo. La presunta corrupción que envuelve la figura de Ábalos es tan evidente y desacomplejada que cuesta indignarse, la verdad. Aunque el exministro no ha sido imputado formalmente, su entorno está cada vez más comprometido en la trama de corrupción que investiga comisiones ilegales durante la pandemia.
Por el momento, la investigación sigue en curso y no se descartan nuevas detenciones.
