La mafia del tráfico de personas sigue dando lugar a tragedias. La Guardia Civil ha abierto hoy una investigación tras el hallazgo de varios cuerpos sin vida en las costas de las Islas Baleares, algunos de ellos atados de manos y pies. Los cadáveres pertenecen, de acuerdo con las pesquisas iniciales, a inmigrantes de la ruta Argelia-Baleares, un camino recorrdio habitualmente por pateras que buscan llegar a suelo español.
El macabro descubrimiento ha reavivado el debate sobre la -deficiente- gestión migratoria en España. Marga Prohens, presidentra popular de les Illes, ha calificado los hechos como “escalofriantes”, denunciando la consolidación de la ruta migratoria entre Argelia y Baleares. “Es la cara más cruel de una realidad que llevamos tiempo denunciando, un país que no puede garantizar la seguridad en sus fronteras tiene un problema grave”.
El suceso es, principalmente, consecuencia de una política migratoria desastrosa, que –según ya se venía advirtiendo desde el ejecutivo autonómico– no combate de forma decidida a las mafias que trafican con personas y se ampara en un “buenismo mal entendido” que termina costando vidas humanas. A su vez, la falta de planificación está provocando la saturación de los servicios sociales en territorios como Baleares, que ya han alertado de su escasa capacidad de acogida.
En paralelo, la gestión de menores extranjeros no acompañados sigue generando tensiones entre comunidades. El Gobierno aprobó en marzo un real decreto ley para automatizar su reparto, priorizando a las comunidades con menor carga actual. Cataluña, ya saturada, recibirá menos que otras regiones como Madrid o las propias Baleares, que se enfrentan a nuevos traslados desde Canarias y Ceuta.
