Los Mossos han desarticulado dos organizaciones criminales, afincadas en Catalunya, con una capacidad logística para distribuir hasta 100 kilos de cocaína al mes. A parte del fenómeno organizativo, gestionaban a su vez una red para la introducción de droga y teléfonos móviles en el interior de un centro penitenciario, vía funcionarios huntados.
🔴 EN DIRECTE Expliquem la desarticulació a Catalunya de dues organitzacions criminals amb capacitat per distribuir 100 kg de cocaïna al mes i introduir drogues i mòbils en un centre penitenciari https://t.co/ucJqKiQlrQ
— Mossos (@mossos) June 27, 2025
En el operativo han sido detenidos 15 delincuentes -7 de ellos ya en prisión preventiva- y otros 4 están siendo investigados. La red tenía conexiones en Lleida, Tarragona, Castellón y Valencia y disponía de una infraestructura de coches con compartimentos ocultos controlados por Bluetooth, talleres clandestinos, empresas tapadera y pisos francos. Un emporio en toda regla.
El aspecto más alarmante del caso es la infiltración de la red dentro del sistema penitenciario. Un funcionario de prisiones, actualmente investigado, se encargaba de introducir cocaína, heroína, hachís, móviles, tarjetas SIM y cargadores a cambio de elevadas sumas de dinero. En su cuenta bancaria se han detectado más de 70.000 euros sin justificar.
Durante la operación principal para la detención, los agentes intervinieron 15 kilos de cocaína pura, 4 kilos de marihuana, drogas sintéticas -MDMA y éxtasis-, dos armas de fuego, munición, teléfonos encriptados y más de 600.000 euros en efectivo. También se descubrió un cultivo interior con más de 100 plantas de marihuana y un taller mecánico utilizado para modificar vehículos destinados al tráfico. No dejaban nicho sin tocar.
Los líderes de ambas redes empleaban sofisticadas técnicas para blanquear beneficios a través de inversiones en el extranjero, especialmente en Dubái.