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Impulso Ciudadano denuncia que la amnistía «no es un paso hacia la paz civil»

"Los nacionalistas catalanes, principales beneficiarios de la norma, no han renunciado a sus objetivos de ruptura ni han cesado en el hostigamiento a los constitucionalistas", denuncia la entidad constitucionalista

Jordi Cuixart y Jordi Sánchez durante el asedio a la Conselleria de Economía en septiembre de 2017.
Jordi Cuixart y Jordi Sánchez durante el asedio a la Conselleria de Economía en septiembre de 2017.

La entidad constitucionalista Impulso Ciudadano ha denunciado este viernes que la Ley de Amnistía, que acaba de recibir el respaldo del Tribunal Constitucional, «no es un paso hacia la paz civil sino una concesión política a cambio de votos«. En un comunicado, la asociación presidida por José Domingo ha negado que la ley «se presente como un instrumento para la reconciliación o la convivencia» porque «los nacionalistas catalanes, principales beneficiarios de la norma, no han renunciado a sus objetivos de ruptura ni han cesado en el hostigamiento a los constitucionalistas». «No hay ni reconocimiento del daño causado ni propósito de enmienda», ha añadido.

Impulso Ciudadano considera «preocupante» que «el Tribunal Constitucional contribuya a dar cobertura jurídica a esta operación de blanqueamiento». «Si, como parece, los magistrados han obviado las advertencias de la Comisión de Venecia y de la Comisión Europea, e incluso han renunciado a argumentar jurídicamente su decisión para refugiarse en un puro decisionismo, el daño al Estado de Derecho es inmenso«, ha subrayado la entidad.

«No estamos ante una página más en la historia constitucional española», ha puntualizado Impulso Ciudadano, «estamos ante un momento de ruptura institucional que exige una respuesta firme por parte de todas las fuerzas políticas comprometidas con la democracia, la igualdad ante la ley y la unidad de España«. Y ha concluido haciendo un llamamiento a los constitucionalistas de toda España: «Llamamos a todos los ciudadanos, asociaciones e instituciones que comparten estos valores a hacer cuanto esté en su mano para revertir el proceso de deterioro institucional que amenaza con socavar nuestra convivencia. La Constitución de 1978 sigue siendo la mejor garantía de libertad, igualdad y paz civil. Frente a quienes quieren desmantelarla desde dentro, es hora de reivindicarla con más fuerza que nunca».



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