El BBVA no se apea de su plan para hacerse con el Banco Sabadell. Ni las estrictas condiciones impuestas la semana pasada por el Gobierno, que exigen mantener la personalidad jurídica y la autonomía de gestión del Sabadell durante al menos tres años, ni la casi segura venta de la filial británica TSB, han frenado al presidente de la entidad, Carlos Torres.
Tras lograr convencer a los otros catorce miembros del consejo de administración —diez de ellos independientes— la decisión de seguir adelante con la opa ha sido unánime, según confirman fuentes internas. El movimiento llega apenas unos días después de que el Ejecutivo endureciera las exigencias ya pactadas con la CNMC, extendiéndolas incluso a cinco años si lo considera necesario. Aunque Torres ha evitado valorar públicamente estas nuevas condiciones, sí ha defendido que la compra supondrá una “oportunidad única” para reforzar la posición del banco y crear “uno de los bancos más competitivos e innovadores de Europa”, incluso si los ahorros y sinergias estimados sufren retrasos.
5.000 millones de euros
En total, el BBVA calcula que la integración con el Sabadell generará eficiencias de hasta 850 millones de euros anuales, principalmente gracias a la digitalización y la reorganización administrativa y de personal. No obstante, la dirección reconoce que las limitaciones del Gobierno podrían dilatar parte de estos beneficios. Para Torres, el objetivo final no cambia: sumar escala y músculo financiero para ampliar en 5.000 millones de euros al año la financiación a familias y empresas, reforzando así la economía española.
Además, promete a los accionistas del Sabadell “una oferta extraordinariamente atractiva” que les permitirá formar parte de un grupo con un perfil de crecimiento y rentabilidad “único en Europa”. Tras lograr la aprobación interna y contar desde el año pasado con la autorización de la junta para ampliar capital, el BBVA evita nuevos trámites asamblearios pese a que las circunstancias han variado en más de un año de negociaciones.
¿Acudirán al TS?
Lo que aún no ha aclarado la entidad es si recurrirá ante el Tribunal Supremo las condiciones impuestas por el Ejecutivo, una vía que no se descarta. La atención se centra ahora en la estrategia defensiva del Sabadell, que prevé formalizar la venta de TSB en Reino Unido y someter a votación de sus accionistas un plan alternativo el próximo 24 de julio para frenar la opa. Queda por ver si, ante este escenario, el BBVA optará por mejorar su oferta para asegurarse la operación.