¿Quién le iba a decir a una de las diputadas más jóvenes del hemiciclo que su automóvil acabaría desvalijado a las puertas del Parlament? Este fue el caso de Júlia Calvet, diputada de Vox por Barcelona y, sin lugar a dudas, una de las figuras más destacadas de la formación que lidera Ignacio Garriga.
Robo con fuerza
Tras una ardua jornada de trabajo, la exvicepresidenta de S’ha Acabat se dirigió al aparcamiento para volver a casa y se encontró con que el cristal de su vehículo estaba completamente destrozado. Para colmo, Calvet comprobó segundos después que todas las pertenencias que había dejado en el interior habían sido sustraídas.
Este suceso, aparentemente sin precedentes en la historia del parlamentarismo catalán, resulta de una gravedad manifiesta, considerando que dicho estacionamiento cuenta con vigilancia permanente.
Indignación
Más tarde, la diputada publicó en ‘X’: “Salgo del Parlament y en el parking, que se supone está vigilado, me han reventado el cristal del coche y robado todo lo que tenía dentro”. Y añadió: “Algunos se empeñan en seguir diciendo que en Barcelona no hay inseguridad. Es una puñetera vergüenza”.
Solo en la Ciudad Condal, en 2024, los Mossos d’Esquadra y la Guàrdia Urbana confirmaron a Vox que registaron 155.682 delitos contra el patrimonio. Un episodio desafortunado para la diputada, que coincidió en el tiempo con una propuesta de reforma del reglamento impulsada por PSC, Junts y ERC para “frenar los discursos de Vox y Aliança Catalana”.