El público de Calella no estaba para revisiones históricas de medio pelo. Por primera vez en casi 60 años y a raíz de la emisión del documental Murs de silenci, la tradicional Cantada de Habaneras de Calella de Palafrugell no debía cerrar con El meu avi, la icónica canción que durante décadas ha sido el colofón del evento; símbolo popular en Catalunya. ¿La decisión? Un movimiento político del Ayuntamiento de Palafrugell, gobernado por el PSC, que decidió retirar la pieza del repertorio oficial para adueñarse, de nuevo, del patrimonio de la sensibilidad y las buenas intenciones.
"El meu avi" sona al final de les havaneres de Calella.
— 324.cat (@324cat) July 5, 2025
La cançó d'Ortega Monasterio havia quedat fora del programa després que es vinculés l'autor amb una trama d'explotació sexual https://t.co/1DZkrmPZeN #Havaneres3Cat pic.twitter.com/ps7Y1i7PIl
Murs de silenci, de TV3 -ya irreconocible- vincula al autor de la canción, Josep Lluís Ortega Monasterio, con una presunta trama de abusos sexuales a menores. Ante esta situación, el grupo local socialista decidió curarse en salud. «Llevamos casi sesenta años de Cantada y creemos que es momento de renovar el repertorio», excusó la batlle Laura Millán, que se obcecó en negar que se tratáse de una prohibición y aseguró que los grupos «son libres de seguir interpretando otras obras del mismo compositor si así lo desean».
En Calella, pero, el público no estaba para tonterías. Al finalizar la Cantada, numerosos espectadores se levantaron y entonaron –flyer en mano- la pieza. Incluso los músicos, desde el propio escenario, se sumaron al cántico, que se convirtió en un acto de reivindicación cultural.
La habanera sigue viva en la memoria colectiva, y quienes se sienten interpelados por ella no están dispuestos a permitir que se haga política con su patrimonio y su identidad.