El consejo de administración de Indra vive momentos convulsos mientras debate una posible adquisición del Grupo Escribano, empresa en propiedad de la familia de su presidente, Ángel Escribano. Paradójicamente, el caso que se da en esta transacción puede sintetizarse de la siguiente manera: el principal accionista privado de la mayor tecnológica de defensa de España pretende comprar la empresa a su hermano, Javier Escribano.
Una operación meditada
Esta pretensión no resulta un movimiento inesperado, sino toda una operativa, bien planificada, que arrancó en 2023 con la adquisición del 3,4% del capital de Indra, por un valor aproximado de 65 millones de euros.
Una transacción ciertamente exitosa: si la empresa vinculada a la familia del presidente de la tecnológica generaba 1,5 millones de euros de beneficio, en 2024 alcanzó los 112 millones. En cuestión de meses se consolidó como el accionista mayoritario aglutinando el 42% del capital de Idra.
Dimisión y comisión independiente
La reunión del órgano ejecutivo de la multinacional se produjo ayer a las 15:00 horas en Alcobendas. La primera sorpresa de la jornada vino de la mano de Ángeles Santamaría, consejera independiente que anunció su dimisión, alegando motivos personales.
La segunda, acordada por unanimidad ante la falta de consenso, implicará la creación de una comisión independiente que evaluará si hay un conflicto de intereses en la operación.
Temor en el consejo de administración
El papel que ya juega la familia Escribano en Indra ha levantado ampollas entre algunos miembros del consejo, pues, en estos momentos, el capital disponible del grupo que encabeza Javier Escribano proviene casi en su mayoría de plusvalías financieras generadas por acciones de Idra.
Así pues, la decisión, pese a quedar en manos del consejo, dependerá en cierta medida del informe que presente la nueva comisión capitaneada por Virginia Arce, consejera coordinadora. Sin embargo, los consejeros independientes ya creen contar con suficientes antecedentes que justifican su negativa. Para estos últimos, una absorción solo agravaría el estado actual de las cosas.