El CIS pule su estrategia electoral. El último barómetro de Tezanos para julio, refleja -al fin- un fuerte retroceso del PSOE, que cae hasta el 27 %. La encuesta, realizada tras la detención y encarcelamiento de Santos Cerdán, sigue situando a los populares medio punto por debajo de los socialistas -en fin, baby steps-, mientras que Vox registra su mejor dato histórico, con un 18,9 %.
#España 🇪🇸- barómetro del #CIS 📊 (julio 2025): el PSOE se derrumba 7 puntos tras el estallido del caso Cerdán mientras Vox se dispara
— EM-electomania.es (@electo_mania) July 11, 2025
🌹PSOE 27%
💧PP 26,5%
🥦Vox 18,9%
🌷Sumar 7,8%
🪻Podemos 4,4%
🥜SALF 1,7%
🎯PollCheck: 3,5/10
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El barómetro de julio reabre el debate habitual sobre la fiabilidad de las «estimaciones» del CIS -si es que a estas alturas alguien aún tiene dudas sobre su credibilidad-, especialmente en torno a dos dinámicas recurrentes: la más que probable sobrerrepresentación del PSOE y el ascenso sostenido de Vox. José Félix Tezanos tiende a otorgar un margen generoso a los socialistas, mientras sitúa a Vox en posiciones excesivamente destacadas. Los motivos para lo primero resultan evidentes, reforzar al PSOE como voto útil para la izquierda, pero, ¿por qué inflar a Abascal?
Este patrón responde a una estrategia que refuerza dos efectos: mantener la centralidad del PSOE frente a sus adversarios y alimentar el temor a la “ultraderecha”, favoreciendo la movilización de votantes «progresistas» y consolidando el voto útil en la izquierda socialista.
En este último sondeo, las intenciones son evidentes; el crecimiento de Vox parece recoger gran parte del desencanto generado por la crisis del PSOE, mientras que el PP apenas logra beneficiarse de esa caída. Se suma al relato aquí la incapacidad del principal partido de la oposición para captar el voto del descontento.
El CIS pretende así avisar sobre los riesgos de emular a Europa, donde el populismo de derecha ha logrado canalizar el hartazgo social con propuestas de difícil cumplimiento, generando una fragmentación del voto y bloqueando las posibilidades de Gobierno a los conservadores tradicionales. Sánchez tiene el contexto Occidental de su mano para movilizar al votante más temeroso; «¡cuidado, que pueden ganar de verdad!». El trabajo del CIS se vuelve así más fácil, acabando de consolidar la institución demoscópica como un intrumento más para la consecución de los objetivos socalistas.